-Antes de venir acá pasé por el sector de enfrente –dijo el Maestro-. Falta poco para que terminen las obras y en ese momento cerrarán nuestro sector para empezar a trabajar aquí. Cuando ocurra eso, nos iremos a practicar enfrente. En cuanto alguien vea que están cerrando nuestro sector, que por favor avise así informamos a los demás sobre el cambio.

-Todos los sábados charlamos aquí y después Daniel Fresno escribe lo que charlamos y lo sube al sitio de la Escuela. Ya tenemos material suficiente como para hacer un libro y se necesitan voluntarios para elaborarlo. Los que quieran ayudar, pueden ponerse en contacto con Daniel. Cuando el libro esté terminado, si hay alguna ganancia, la usaremos para las actividades de la Escuela.

-Primero será un libro en Castellano. Si sale bien, podemos intentar hacer una versión en Inglés. Queremos llegar poco a poco a todo el mundo. Nuestro objetivo es que todo el mundo tome conciencia y aprenda a cuidar el planeta. Para hacer eso, primero hay que observar la Naturaleza y entenderla. Si uno conoce la Naturaleza, será capaz de comprender la necesidad de cuidarla. Algunos ven una hormiga o un mosquito y los matan sin pensar, como si no tuvieran ningún valor. Cada ser viviente, grande o chico, tiene una función dentro del sistema en que vivimos. No hay ningún ser “de sobra”; lo que sucede es que no siempre somos capaces de comprender la función que cada uno cumple.

-Si los humanos tomamos conciencia y actuamos, el planeta podría recuperarse del daño que le causamos. Pero como por ahora, la Humanidad no actúa lo suficiente, los desastres y desequilibrios naturales se multiplican.

-Además, tratamos de enseñar cómo lo que hacemos en esta vida tiene consecuencias en las vidas siguientes. Ojala que este libro ayuda y estimule a la gente a hacer, a practicar. Sólo a través de la práctica podemos conocernos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea.

-Algunos pacientes míos vienen de muy lejos y ellos hacen que mis vecinos, que viven cerca, me conozcan. Una vez vinieron cuatro pacientes desde Catamarca y se quedaron en Buenos Aires durante una semana para que los atienda. En ese lapso fueron de visita al Cabildo y estando allí, alguien les preguntó de dónde eran y qué estaban haciendo en esta ciudad. “Venimos de Catamarca a hacer un tratamiento con un acupuntor chino que vive en el barrio de Belgrano”, dijeron ellos y así, unos vecinos míos que viven muy cerca se enteraron de que yo existía, gracias al testimonio de un paciente que vive a 1130 km de mi consultorio. Como siempre, es más interesante conocer al que vive lejos que al que está a la vuelta de mi casa.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 31 de octubre de 2015. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.