Sobre la codicia

Oct 10th, 2015 | By | Category: Charlas con el Maestro

-Cualquiera sea la práctica que uno hace –dijo el Maestro-, meditación, taichi, chi kong o cualquier otro arte marcial, si uno no maneja las cosas bien, puede tener problemas. Si la persona no aprende bien con un maestro que lo guíe, es muy fácil que le entren demonios. ¿Qué son los demonios? La energía negativa. Los demonios entran en la mente del practicante y van desplazando a la energía positiva. Esto es posible por la codicia del practicante. La codicia hace que uno sólo vea lo que desea conseguir y se olvida de lo que hace para conseguir eso. El que está cegado por la codicia hace cosas indebidas para conseguir lo que quiere y no es conciente de ello. Tuve muchos casos de gente que perdió el rumbo por su ambición desmedida y a esas personas las ayudé a volver al camino recto.

-La codicia hace que queramos todo rápido. La única manera de progresar en la práctica es haciéndolo lentamente, paso a paso. En estos casos hay que saber controlar la mente para que no vaya demasiado rápido. Hay que armonizar mente y cuerpo para que ambos vayan juntos. Nuestra práctica es por eso muy lenta. Nos movemos lentamente para que la mente y la vista puedan acompañar los movimientos del cuerpo. Si uno practica así, no va a tener problemas.

-Hace años tuve un alumno que llegó a practicar cuatro años de taichi chuan. Un cinturón negro segundo dan de karate lo desafió y mi alumno le ganó. No les cuento esto para que ustedes desafíen a otras personas. De hecho, estoy en contra de este tipo de desafíos. Les cuento esto para que ilustrar el valor de la enseñanza profunda que se realiza lentamente, paso a paso. En otras escuelas se “enseña” rápido y la gente obtiene el cinturón negro en poco tiempo, pero sin tener una base sólida.

-Cuando hagan tui shou háganlo lento y suave, para desarrollar la sensibilidad y refinar la técnica. Alguien podrá preguntarse: “si no probamos nuestra técnica con otros ¿cómo vamos a saber cuál es nuestro nivel?”. Si el practicante prueba con otros puede pasar que le vaya mal. En ese caso, se decepcionará y sentirá que no sirve para nada. Perderá la fe y la voluntad. En cambio, si le va muy bien, va a creerse que es el mejor y se va a llenar de soberbia. Ninguna de las dos situaciones es buena. No es bueno andar probando con otra gente. Lo mejor es ir lentamente, paso a paso, fortaleciendo el cuerpo y la mente día a día. Crecer en el arte marcial y al mismo tiempo crecer espiritualmente.

-En los días que corren es muy importante la práctica espiritual. La gente vive enloquecida, angustiada, deprimida y estresada. Eso lleva a la enfermedad y el sufrimiento. Con nuestra práctica, en cambio, la persona se va llenando de energía lentamente, desde adentro y así va surgiendo la confianza en uno mismo y la alegría. Por eso, cuando practiquen tui shou háganlo suavemente, cuidando al compañero, sin deseo de ganarle al otro.

-En Taiwán los hombres no hacen tui shou con las mujeres. Acá es diferente, pero los varones deben tener en cuenta que practicar con mujeres es diferente y más limitado, Hay muchos empujes que no se pueden hacer y a veces es mejor dejarse ganar por una compañera que generar situaciones incómodas. Nuestro objetivo es disfrutar de la práctica y no hacerle daño al compañero o generar malestar. Nuestras acciones deben apuntar a crear un buen clima de convivencia dentro de la Escuela.

-Así como buscamos crear un buen clima de práctica dentro de la Escuela, afuera también buscamos comportarnos correctamente. Lo que hagamos con los demás hablará sobre nuestra Escuela y generará buena o mala fama. Tengan en cuenta esto y compórtense bien y con respeto, para que todo el mundo sepa que Cheng Ming es una buena escuela.

-Al controlar la propia codicia y fortalecer la paciencia el practicante avanza de manera segura y entra con comunión con el Universo, lo que impulsa aún más su aprendizaje. De esta forma, la propia fuerza se ve potenciada por la fuerza del Universo.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 10 de octubre de 2015. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.

 

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