Hablan los alumnos_01

Dic 19th, 2015 | By | Category: Charlas con el Maestro, Testimonios

Dijo Angélica:

-Hace poco el Maestro dijo que estaba muy contento porque los alumnos nuevos venían con más voluntad de aprender. Dijo también que los nuevos aprenden más rápido porque  superan a algunos alumnos antiguos en su deseo de aprender y en su empeño por practicar. Yo noto que el grupo de práctica es mucho más compacto y unido y que funciona mejor que antes. Este grupo tiene una energía diferente.

-El Maestro también enseña que el aprender es un proceso que nunca termina. Que por eso en nuestra Escuela no hay cinturones. Siempre nos dice que los cinturones ponen un límite al aprendizaje. El que obtiene la graduación más alta puede llegar a creer que allí termina su aprendizaje y esto no es cierto. En la vida nunca se termina de aprender. El Maestro ilustraba esta situación con la imagen de la taza de té llena, que por estar llena, no es capaz de recibir nada nuevo.

-Hace muchos años ocurrió una situación conflictiva en nuestro grupo de práctica. El Maestro me dijo que yo tenía que pedirle perdón a otra persona. Yo no quería porque me parecía injusto pedir perdón por algo que no había hecho. Estaba muy enojada y durante un mes no fui a clase. Después empecé a extrañar y volví y pedí perdón. La otra persona no aceptó mi pedido de perdón, pero eso ya no era problema mío, sino de ella. Eso me ayudó mucho a aprender a convivir en el grupo.

-Siento que este grupo me hace bien, me aprecia y me llena de energía. Creo que eso es un mérito del Maestro, que supo educar a sus alumnos para que formen un grupo armónico. Cuando tengo algún problema y me siento mal, mentalmente vengo acá al grupo de la plaza y eso me hace bien. Quiero agradecer al Maestro y a mis compañeros de práctica generar este espacio tan enriquecedor.

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Dijo Claudia:

-Yo llegué a este grupo porque iba al consultorio del Maestro. No podía dormír por unos fuertes dolores de pierna y él me los sacó. Ahí en el consultorio vi el volante que informaba sobre las clases de taichi chuan y me dije: “Tengo que ir”.

-Antes había hecho yoga, pero dejé después de un viaje que hice. Me gustó mucho todo lo que encontré aquí, pero lo que más rescato es la disciplina que nos da el taichi chuan. Hace unos días una colega me lo marcó al decirme: “Qué disciplina que tenés”. Y me di cuenta que esa disciplina me la dio la práctica.

-Durante un tiempo dejé de hacer los ejercicios que me había recomendado el Maestro y volvieron los dolores. Pedí un turno en su consultorio y le conté que la rodilla me dolía nuevamente. El me respondió: “El sufrimiento es aprendizaje. Para aprender hay que sufrir”.

-Me quedaron esas dos cosas. Que uno aprende a través del sufrimiento y el valor de la disciplina. Si miro lo que me pasó en la vida me doy cuenta de que he crecido en base a las cosas que sufrí.

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Resumen de las palabras de los alumnos del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 19 de diciembre de 2015. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.

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