Dijo Camila:

-Siempre me sentí agradecida con el Maestro porque desde que lo conocí, mi vida empezó a cambiar progresivamente.

-Desde chica tuve ataques de pánico muy fuertes. Fui mucho a diferentes psicólogos, que me ayudaban un poco. Los ataques se calmaban por un tiempo, pero el pánico volvía a aparecer. Y así fue durante mucho tiempo. Cuando empecé el curso de acupuntura, las palabras del Maestro me fueron tranquilizando considerablemente. Hablaba de la vida y de su filosofía.

-Habían muchísimas cosas que no sabía y muy pocas las había escuchado de otras personas. Pero él me transmitía sinceridad. Confiaba mucho en lo que decía. Era muy verdadero para mi. Entonces yo lo aceptaba prácticamente con los ojos cerrados.

-Un día me fui a atender y me habló del taichi. Me contó de lo bien que le había hecho a una persona que conocía. Obviamente comencé a ir a las clases, y de repente me encontré llevando a la practica, todo lo que decía en el curso. Nunca más volví a tener un miedo fuerte.

-Hacia a la forma 4 o 5 veces por día. Eso no me costaba porque era poco. A la semana ya se me había hecho normal, como tener que bañarme todos los días.  De a poco fui aumentando la cantidad, el tiempo; hasta llegar a 45 minutos por día .

-Ahora practico un montón de tiempo y me hace re bien. La mezcla de lo que dice el Maestro junto con la práctica, para mi es un tesoro, un refugio, un templo. Si por ejemplo tengo un problema que no puedo resolver, o mi cabeza se pone a pensar de más, hago lo mismo que contaba Angélica: puedo hacer que el pensamiento negativo vuele y así, sigo adelante.

-Otro ejemplo es que si me agarra ansiedad, tristeza, o lo que sea (que nunca más la sentí fuerte como antes), ya no necesito llamar rápido a alguien. Me pongo a practicar, o directamente cuento con la disciplina, fortaleza y vitalidad que me transmite él, y me deja el alma tranquila. Igual, hay que practicar todos los días.

-Otra cosa positiva es que el Maestro me recordó algo fundamental: el contacto con la Naturaleza.
Y lo que él dice de comer aunque sea un poco de lo que uno siembra, es verdad y él lo hace: el otro día, practicando en el patio del consultorio, el Maestro apareció y sacó varias hojas para hervir en el momento. y me contó que a los 3 días ya empezaban a crecer otra vez.

-Le agradezco a él y a todos ustedes porque para mi es muy lindo venir acá.

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Dijo Luis:
-Yo comencé un 20 de mayo de 2006, hace 9 años y 9 meses. Me informé sobre el Maestro a través de un buen comentario de mi entonces maestro de kung fu, Claudio Di Renzo (quién no solía decir cosas buenas de otros profesores) y también a través de Daniel Fresno, a quién conocía a través de los foros (en esa época las redes sociales eran los foros de Internet).

-Al principio, no entendía bien porqué el Maestro hablaba tanto de diversos temas si la clase era de taichi chuan, sin embargo los temas que él tocaba me gustaban. Con el tiempo fui comprendiendo que en nuestra clase de los sábados, la enseñanza de la forma es una parte de un todo que abarca, una gimnasia previa, una charla, la práctica de la forma y también algo más, algo intangible, que está presente en todos nosotros, una suerte de «clima de camaradería», de alegría, pero también de apoyo. Y que justamente la charla es como si fuera el «alma» de la clase.

-Desde entonces vi pasar a mucha gente por el curso, algunos se fueron, otros se quedaron y otros más están siempre presentes, aunque no los veamos todos los sábados. Somos todos realmente muy diversos, sin embargo este es un espacio dónde nos sabemos encontrar, como si nuestras almas y, como dice el Maestro, nuestras «afinidades» se encuentran. Donde aprendí a practicar la paciencia, la atención y también el estar atento al otro. A veces me sale bien y otras veces no tanto.

-En el Maestro veo a alguien que siente, piensa y hace en una misma dirección, con una gran unidad y le agradezco a él y también a todos ustedes la enseñanza y la paciencia. Muchas gracias.

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Resumen de las palabras de los alumnos del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 2 de enero de 2016. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.