Hablan los alumnos_05

Ene 16th, 2016 | By | Category: Charlas con el Maestro, Testimonios

Dijo Sergio:

-Conocí a la Escuela por una pequeña nota aparecida en el diario Clarín del 29 de abril de 2007 sobre los beneficios del taichi chuan. Al pie de la nota había una dirección de e-mail para contactarse. Creo que fue, entonces, a partir de mayo o junio de ese año que comencé con la práctica del taichi chuan en la plaza.

-En esa época hacíamos los ejercicios, el Maestro hacía su charla y nos dividíamos en tres o cuatro, de acuerdo al nivel alcanzado. Yo estuve en el nivel de la primera parte durante los siguientes dos años y medio, y ya por el 2009 comencé con la segunda parte.

-Nunca me cuestioné mi grado de avance, sino que las palabras del Maestro me convencían de que éste era mi lugar y que la paciencia era algo que tenía que cultivar.

-Esos años fueron muy provechosos porque cada sábado, además del Maestro, recibía la instrucción de diferentes discípulos más avanzados: Daniel, Gustavo, Ricardo y Angélica, a los que estoy profundamente agradecido porque cada uno aportó lo mejor de sí para que el pequeño grupo de “iniciados” tenga la mejor raíz para luego continuar con la práctica más  avanzada. En éstos últimos años confirmé que la primera parte es la base de todo el resto, como siempre dice el Maestro.

-Tratando de buscar en mis recuerdos y en la lectura de las charlas con el Maestro sobre qué exponer para el día de hoy, leí por causalidad una nota sobre neurobiología. Ahí se informaba que un hábito se forma en respuesta a un comportamiento que se hace repetidas veces. Como el cerebro es un órgano eficiente, cumple su función haciendo el menor gasto de energía posible, por esto los hábitos tanto buenos como malos, tienen una respuesta automática ya incorporada y grabada por la práctica.

-Los buenos hábitos son los que nos hacen más eficientes; los malos hábitos son aquellos que alguna vez sirvieron para calmarnos o darnos alivio (fumar, gritar, comer de más), pero que  hoy ya no coinciden con nuestros objetivos o lo que queremos ser a largo plazo.

-Estos comportamientos habituales están influenciados por las emociones, que a su vez están influenciadas por el pensamiento. Los pensamientos pueden modificar el cerebro. Esto me llevó a pensar que desde nuestro nacimiento vamos incorporando comportamientos y costumbres que asimilamos de nuestros padres, familia y entorno social. En ciertas ocasiones nos damos cuenta de que necesitamos modificar ciertos hábitos. Lo que fui notando a partir de la práctica del taichi chuan con el Maestro fue que de a poco he cambiado ciertos paradigmas, estructuras y comportamientos, guiado por sus premisas.

-Éstas premisas conformaron una nueva guía y van trazando el nuevo camino a seguir, incorporando nuevos hábitos y pensamientos positivos, una nueva filosofía de vida y mayor apertura mental.

-Desde los consejos del Maestro comencé a recuperar mi memoria ancestral de mis antepasados japoneses e incorporé y profundicé mediante lecturas, charlas con mis padres y familia, la filosofía y cultura oriental.

-Conceptos como “práctica, disciplina y concentración”, “la esencia de todas las cosas”, “poner atención en los pequeños detalles”, “buscar el cambio en uno mismo para lograr el cambio en los demás”, “observar y aprender de la Naturaleza”, que “todo pensamiento es poderoso y nos vuelve de la misma manera”, son los pilares con los que trato de aprender e incorporar nuevos hábitos como la meditación, el saber escuchar y comprender el  comportamiento de los demás con mayor compasión; de asimilar todos los hechos, buenos o malos, como aprendizaje, que todo es causalidad y no casualidad; el ser agradecido de todo; el saber ver las cosas tal cual son, tratando de evitar los diferentes “anteojos” que uno usa para adaptar su propia visión.

-Todo esto llevado a la vida diaria y en todos los ámbitos, logro experimentar los beneficios de la nuestra práctica y de las enseñanzas del Maestro e intentar ser un poco más sabio, feliz e ir descargando de a poco el peso de “la mochila” que todos llevamos en el camino de la vida para llegar más liviano a la próxima.

-Sin embargo, todo es muy fácil expresarlo o escribirlo, pero muy difícil practicarlo. Como siempre dice el Maestro: “leer y aprender de un libro, saber la teoría, pero sin práctica con un Maestro, no sirve”. La voluntad es algo que también insiste mucho el Maestro, es una de mis flaquezas, puedo tener miles de excusas, pero sé que es cuestión de cambiar mis pensamientos.

-De todas maneras tengo un poco más claro de cuál es el camino a seguir y, como dice el Tao Te Ching: “Un viaje de mil millas empieza con un solo paso”, creo haber dado el primero.

-Finalmente, y no menos importante, agradezco a cada uno de los integrantes del grupo, porque con sus palabras, acciones, experiencia o inexperiencia, aprendo a valorar la práctica, a valorar lo ya aprendido, lo mucho que tengo que aprender y sobre todo, a disfrutar de este momento.

——–

Dijo Hernán:

-Empecé a practicar artes marciales hace 34 años. Distintos estilos, con maestros occidentales y asiáticos, en Argentina, Japón, Hong Kong y España. Estas disciplinas han sido clave para levantarme y volver a empezar cada vez que fracasé en algo importante.

-Tuve maestros que me decepcionaron mucho y otros de los que conservo un buen recuerdo. Pero todos me ayudaron a visualizar el camino que quiero seguir y compartir con quienes se acerquen por empatía.

-Como nunca me atrajeron mucho los deportes tradicionales, me acostumbré desde chico a la relación maestro-discípulo. Un vínculo que no se limita a la transmisión de conocimientos y orientación en lo marcial; paralelamente tiene que haber una identificación en el plano de la ética. Puede no haber coincidencia en el plano de las creencias subjetivas o ideológicas, pero la identificación con los valores y la confianza mutua son fundamentales.

-Puntualmente con el taichi chuan, tuve mi primera experiencia tomando unas clases particulares con el maestro Wang Tsing hace 16 años, mientras yo practicaba y enseñaba aikido. Antes de encontrar a la escuela Cheng Ming, practiqué dos años en otra, para compensar el entrenamiento duro de boxeo después de mi primer divorcio. Ese estilo me gustaba por su énfasis en la práctica tradicional marcial, no desvirtuada por el esoterismo y la new age, pero luego hubo un conflicto de egos entre los discípulos más avanzados con el que me sentí incómodo, porque alteraban la práctica de los demás.

-Empecé a practicar con el maestro Chao en el 2007. En mi grupo estaban Miguel Spinelli, Ariel Yablón y otros alumnos que ya no vienen. Pero por una cuestión de amores me fui a vivir a España en el 2009, para volver en el 2012 a la Argentina con el rabo entre las patas, sin mujer, ni trabajo, ni dinero. A empezar de nuevo como si tuviese 20 años.

-Como durante esos tres años leí todos los sábados los e-mails que enviaba Daniel Fresno con las palabras del Maestro -que me ayudaron mucho-, vine directamente a la plaza y no le comenté nada a nadie por un tiempo. Me dediqué a reaprender la primera parte de la forma, bajo el ojo atento de Daniel Dos Santos -que todavía no me perdió la paciencia- y a escuchar con atención al Maestro.

-Además del arte, le gusta compartir su visión sobre todos los aspectos y sucesos que le resultan trascendentes. Con muchas ideas sentí una identificación inmediata, como el compromiso de provocar el menor daño y sufrimiento posible a todos los seres vivos, y tratar de reparar el daño hecho por ignorancia, torpeza o pereza.  Siendo vegetariano desde los 19 años, ver esa coherencia entre dicho y hecho, me genera mucha confianza.

-Otra enseñanza que trato de no olvidar es el cultivo de la paciencia y el no dispersar la mente innecesariamente. Concentrar toda la atención en el momento presente, en el desarrollo de un atributo a la vez.

-Algo que nunca deja de sorprenderme, es que por más que uno no exprese con palabras ciertos estados internos de confusión, dispersión o frustración, el Maestro en incontables oportunidades termina haciendo un comentario al respecto, en forma personal o abierta para todos los alumnos. A veces uno cree que él pasa por alto o no percibe algo, y termina recibiendo un cachetazo de realidad con una mirada o palabra oportuna. ¿Cómo lo logra con tantos alumnos? Supongo que en eso radica su condición de maestro.

-Con los defectos y virtudes comunes a todos los mortales, terminamos considerando Maestro a quien está varios pasos delante nuestro en una o más disciplinas y aptitudes, y nos genera un afecto que va más allá del rol de profesor.

-Vengo comprobando desde hace un tiempo que esa capacidad de observación y análisis de la realidad, influencia positivamente a varios discípulos. Lo veo en la forma de hablar y priorizar en los que son poco amigos de la expresión escrita, y en los que cuidan y cultivan la calidad de  su prosa tanto en un simple e-mail como en sus páginas web.

-Con respecto a la práctica de taichi chuan, encuentro al tui shou como un trabajo mucho más espiritual que la práctica de la forma o la lectura de filosofía. No hay ego que resista un rato de tui shou. Si estamos duros, rebotamos. Si queremos vencer a toda costa, perdemos el equilibrio y nos devuelven el exceso de fuerza. Una ejecución bonita de la forma sin la práctica de tui shou, es como tener una Ferrari pero no saber manejar. Tui shou sin la práctica de la forma, es como un castillo de naipes, sin base estable; se derrumba con un suspiro.

-La estructura, relajación y concentración en la forma, no sirven de nada si luego, al cruzar brazos con un compañero, nos ponemos duros y nos hacen perder el centro con facilidad. Porque esa pérdida de centro se da luego en la vida cotidiana, en cada discusión, dificultad y amenaza donde hay que mantener la sangre fría y reaccionar con conciencia. Ese aprendizaje de meditar en movimiento y en contacto con la intención de otro ser humano, usando una estructura fluida y espontánea, no coreografiada, es uno de los grandes tesoros de esta escuela.

-Durante gran parte del año pasado me sentí frustrado por no empezar a aprender la segunda parte de la forma. No asimilaba las palabras del Maestro sobre la importancia de perfeccionar al máximo la base. En otras artes nunca practiqué una forma más de un año sin sumarle la siguiente.

-En la charla del Parque de los Niños, cuando contó la experiencia de cuando su maestro era alumno de pakua chang y estuvo muchos años para desarrollar la base, pero luego bastaron solo dos para aprender el resto, logré entender que el maestro Chao ve que todavía estoy verde, pero confía en que puedo mejorar, de otra manera no me corregiría más nada él, ni los discípulos más antiguos. Así que empiezo este año con otra visión de la práctica, enfocado en el presente. Gracias por escuchar.

………………………………………

Resumen de las palabras de los alumnos del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 16 de enero de 2016. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización de los autores.

Deje su comentario