El lunes 7 de diciembre se realizó una jornada de meditación en el Parque de los Niños.

-Para meditar es mejor tapar las piernas –dijo el Maestro-, ya que las rodillas están abiertas y puede entrar humedad y frío. Una vez, 28 años atrás, estuve meditando una hora por día sin taparme las rodillas y luego de un mes tuve muchas molestias en las rodillas. Al estar tan flexionadas, se dificulta la circulación y puede entrar humedad y frío. No sólo en meditación, cuando uno está por dormir hay tapar las rodillas por más que haga calor.

-Al meditar pueden surgir miedos o distintas imágenes que distraen. Cuando meditamos tenemos que intentar no seguir esas imágenes, manteniendo quieta la mente, atendiendo para que la mente no se distraiga con esas «películas». También es posible que a veces aparezcan, imágenes eróticas o muy atrayentes, como si fueran demonios que nos hacen bajar e ir a regiones oscuras. Cuando uno medita, la mente se aquieta e intenta ascender, pero estos «demonios» intentarán evitarlo. Por eso lo mejor es dejar pasar esas imágenes, no prestarles atención.

-La meditación no es tan difícil, pero hay que estar atento ya que llega a lugares muy profundos. No es solo cerrar los ojos y «ya está».

-Cuando comencemos, recitaremos siete veces el mantra, luego de eso, la mente estará más quieta y más positiva para la meditación. Luego podremos seguir recitando el mantra con la mente o también realizar una respiración profunda para que la mente no se vaya y poco a poco se irá tranquilizando.

-Hay gente que con muchos años de meditación, no pueden llegar a concentrarse bien o también puede entrar mala energía. Tuve un paciente que me consultó que realizaba meditación diariamente desde hace 26 años pero la última semana comenzó a sentir mucho frío durante su práctica, le expliqué que se trataba de una mala energía y que debía rechazarla realizando una respiración inspirando, reteniendo y exhalando.

-Por eso es bueno saber en qué casos es conveniente continuar y en cuáles detenerse. También podemos rechazar imágenes o malas energías recitando un mantra. También respirando lento y cada vez más suavemente hasta que apenas se perciba la respiración, es una buena manera de olvidar el cuerpo y aquietar la mente.

-También hay quienes que sienten que se agranda su cuerpo o una parte de él o que salen de su cuerpo o que vuelan. No pasa nada, hay que mantener la mente quieta y seguir meditando, no dejarse llevar por esas sensaciones ya que de otra forma perderemos el estado y “caeremos” nuevamente dentro de nuestro cuerpo.

-Maestro, ¿qué hago si me duele el cuerpo? –preguntó una alumna.

-En ese caso, debe acomodar suavemente la postura o cambiar lentamente la posición de las piernas.

-Maestro, yo observé que usted siempre finaliza la meditación en el tiempo preciso. ¿Cómo hace? –preguntó otra alumna.

-Me pongo el reloj adelante y lo miro cada tanto.

-Bueno, primero vamos a recitar siete veces el mantra y luego tocaré tres veces la campanilla para calmar la mente. Luego, cinco minutos antes de finalizar, tocaré la campana una vez para ir acomodando y por último tocaré la campana 3 veces para dar por finalizada la meditación.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 7 de diciembre de 2015.
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