Hablan los alumnos_08

Feb 6th, 2016 | By | Category: Charlas con el Maestro, Testimonios

Dijo Damián:

-Comencé mi práctica con el Maestro Chao en el año 2009. Ya llevaba varios años de otras prácticas marciales y aprender taichi chuan brotó como una necesidad más que como un simple acto de curiosidad. Me informé sobre diferentes maestros y lugares de práctica pero no terminaba de decidirme, y es el día de hoy que agradezco esa indecisión.

-Un día, un amigo, que tal vez paradójicamente esté leyendo esto, supo de mi búsqueda y me comentó sobre la escuela Cheng Ming, indicándome la dirección del sitio web. Luego de leer algunas de las charlas sentí una gran afinidad por las palabras y la filosofía del Maestro Chao y me puse en contacto para tomar clases particulares.

-Realmente me cuesta creer que hayan pasado ya casi siete años desde entonces. Es como si hubiera empezado ayer, aunque espero que mi práctica no transmita lo mismo. Puedo decir sin temor a la exageración que las enseñanzas del Maestro han cambiado mi vida, sin dudas. Y más allá del arte marcial en sí, siento que él nos transmite un método para conocer y entender a la Naturaleza, tanto la que nos rodea como nuestra naturaleza interna. Observar con concentración los detalles de lo que sucede alrededor nuestro, nuestros actos y pensamientos, intentando captar la esencia de las cosas para aprender de ellas es una de sus muchas enseñanzas.

-En relación a la Naturaleza, siempre recibo con gran alegría los gajos y plantines que el Maestro trae a la clase para que los trasplantemos y he aprendido mucho sobre el cuidado de las plantas gracias a él; así como el cuidado de las plantas me ha enseñado mucho sobre mí mismo.

-Una primavera estaba abocado a la siembra de unos ajíes. Puse las semillas en los almácigos y día tras día los regaba regularmente. Llegó la fecha en la cual debían brotar y sin embargo nada ocurrió, en los recipientes no se veía más que tierra. Algo desanimado, pensé en resignarme y dar por muertas las semillas. Sin embargo, quizás por costumbre, continué regándolas. A los pocos días surgieron los brotes que esperaba, y fue en ese momento que entendí súbitamente su paralelo con mi práctica.

-Día tras día repetía la forma y sólo podía notar el cansancio, el dolor físico y la frustración de que las cosas no salieran. “Nunca voy a poder levantar así la pierna”, “No tengo suficiente equilibrio”, “No me dan las rodillas”, eran pensamientos recurrentes.

-Ninguna enseñanza podía prender en ese recipiente en el que me había convertido. Y sin embargo, si uno desoye esos malos pensamientos y continúa entrenando, eventualmente aparece el brote de la práctica. Ahora entiendo que si algo no sale como debe no tengo que desanimarme sino practicar más, sin prestarle atención a los malos pensamientos, porque la mejoría puede estar a punto de llegar.

-Si la práctica hizo que me percatara del hecho natural o si la Naturaleza hizo que me percatara de lo que ocurría con mi práctica, lo desconozco. Sólo sé que todo esto me hubiese pasado desapercibido sin las enseñanzas del Maestro Chao, y por eso voy a estar eternamente en deuda con él y profundamente agradecido; los grandes maestros no abundan, mucho menos en nuestro país, y me siento muy afortunado de poder ser su alumno.

-También quiero agradecerle a Daniel el trabajo de difundir las palabras del Maestro, sin el cual nunca lo hubiera conocido; y a mis compañeros de práctica por ayudarme a crecer cada clase.

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Dijo Andrés F.

-En mi primer contacto con el Maestro, como paciente en el año 2002, sentí tranquilidad y buena energía, como si inmediatamente al atravesar la puerta del consultorio dejara atrás el ruido y locura de nuestra ciudad.

-Luego, en 2004 tuve mi primer contacto como alumno del Maestro en su curso de acupuntura. Finalmente, en 2010 inicié mis prácticas de taichi chuan en el consultorio.

-El sentimiento de tranquilidad y buena energía seguía presente. Inmediatamente me surgió la primera dificultad en mi aprendizaje. El Maestro me mostró los primeros movimientos de la forma y me pidió que lo intente acompañar. Su forma de taichi no se parecía en nada a lo que había conocido hasta ese momento como practicante (estilo Yang) ni como “investigador” en videos en la web.

-Me surgió una gran desconfianza y dificultad de aceptar la nueva forma. Sin embargo la buena energía que me transmitía el Maestro me resultaba más determinante e intenté vencer mis prejuicios y confiar en su palabra y conocimiento.

-Solté conocimientos viejos para poder intentar aprender algo nuevo y diferente. El Maestro comenzó a explicarme semanalmente que su estilo era único y que de aprenderlo bien me sería útil no solo como arte marcial, sino para cualquier ámbito de la vida. Supongo, que como a muchos de los compañeros de práctica, la enseñanza del Maestro los ha impactado de muchas y diversas maneras.

-Luego de 10 de meses de práctica, y ante mi dificultad para progresar en la forma, el Maestro me propuso iniciar la práctica de chi kong. Me explicó que 4 o 5 años de chi kong me permitirían mejorar mis posibilidades de progresar en la forma.

-Por cuestiones de tiempo, empezar chi kong implicaba reemplazar la clase de taichi, lo que me generó muchas dudas. Me acerqué al Maestro para continuar mi aprendizaje marcial y esto implicaba suspender esa práctica, al menos con la guía de un Maestro.

-Como en el principio, decidí “romper” mi estructura mental y confiar nuevamente en el Maestro. Sin dudas, tomé la mejor decisión. Más allá de mejorar mis posibilidades de progreso en la forma, me encontré con una nueva práctica que por sobre todo luego de realizarla, me dejaba una sensación de bienestar y ganas de brindar/dar.

-Alguna vez el Maestro (tal vez con otras palabras) me mencionó que diseñó estos ejercicios para lograr ese efecto en las personas.

-El chi kong me permitió comprender mejor por qué el Maestro menciona tanto la disciplina, la paciencia y la concentración. En mi caso fue notable darme cuenta de la escasa capacidad que tenía para mantenerme concentrado en el ejercicio y evitar “volar” con el pensamiento. Con respecto a mi falta de paciencia, para progresar en la forma, estoy intentando cultivarla.

-Durante los últimos dos años retomé las clases de taichi en las cuales continuo corrigiendo la primera parte de la forma.  Cada vez me parece más cierto lo que tanta veces dijo el Maestro sobre los detalles pequeños, que parecieran ser infinitos.

-Esto por momentos me resulta frustrante, pero luego recuerdo las palabras sus palabras: “Saber/aprender bien un movimiento y luego el resto salen solos o en forma natural”.

-De nuevo aparece la paciencia, y también la humildad. Esa humildad y sencillez que veo presente en el Maestro, y también en los discípulos/alumnos que conocí en algunas de las clases de la Plaza y eventos grupales.

-Esa buena energía y tranquilidad que sentí al ingresar al consultorio por primera vez, se traslada también a la plaza. Tal vez sea una de los mayores logros del Maestro.

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Dijo Rafael:

-Empecé taichi hace un año. Había comenzado a practicar chi kong con el Maestro hace dos años, y todas son experiencias muy valiosas que me han posibilitado crecer en disciplina y voluntad.

-En el cuerpo sentí más elasticidad, mayor soltura en los movimientos a medida que avanzaba. También fueron desapareciendo los dolores lumbares.

-Estas cosas me estimulan a continuar y espero con ganas los sábados de práctica, sabiendo que también alimento el espíritu y la mente con el conocimiento del Maestro.

-Quiero agradecer al Maestro y al resto de los compañeros, por la armonía y solidaridad que se siente en cada clase. Estas prácticas me han despertado el deseo de seguir teniendo metas en cuanto a la evolución personal, ya que al combinar el cultivo del cuerpo, mente y espíritu, es gratificante saber que se pueden lograr con dedicación y práctica.

-También aprendí a disfrutar el proceso, dado que me costó muchísimo (y me sigue costando) al principio, cultivar la paciencia y  ser menos exigente conmigo mismo cuando las cosas no salen tan bien.

-Aprendí a no aburrirme de hacer siempre lo mismo, sabiendo que cada práctica y cada movimiento que hacemos es una nueva repetición, distinta a las anteriores.

-Me queda como desafío seguir en este camino con constancia y con el deseo de conocer la esencia que hay atrás de estas artes.

Gracias

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Resumen de las palabras de los alumnos del Maestro Chao Piao Sheng. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización de los autores.

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