-¿Recuerdan de qué temas hablé cuando viajamos a San Pedro en 2009? –preguntó el Maestro.

-Habló de muchas cosas –dije yo-. Por ejemplo, habló sobre cómo llegó a nuestro país, sobre cómo tomar energía del sol, sobre el karma a propósito de una pelea de perros de la que fuimos testigos.

-Hace poco Gustavo me contó que recibió una paciente que había sido mordida por un perro, cuando quiso separar a dos perros que peleaban. Al intervenir, uno de los perros le mordió un dedo y le arrancó la punta. Los médicos volvieron a ponérsela, pero no terminaba de cicatrizar.

-Lo que yo les decía en aquel viaje es que, cuando el odio entre dos es muy intenso, es muy arriesgado para un tercero intervenir, pues puede terminar recibiendo toda esa energía destructiva. En caso así, lo mejor es acercarse a los que están peleando y ponerse a recitar el mantra en voz alta; eso puede ayudar a que se calmen.

-Ustedes aquí no solo aprenden taichi chuan, también aprenden a resolver cualquier situación que se les presente. En un caso como el de la chica que consultó a Gustavo, las mordeduras de perro suelen ser difíciles de cicatrizar. Ahí conviene hacer moxa en los puntos 36 y 37 de vesícula biliar.

-Durante la práctica del comienzo de la clase vi que ningún alumno hacía bien “Mano como cuchillo”. ¿Por qué pasa esto? Porque la mente no es capaz de hacer que el cuerpo haga el movimiento correctamente. Imaginen que tienen una piedrita en la mano y quieren lanzarla para que entre por la boca de una botella de gaseosa que está a diez metros de distancia. Parece una tarea muy difícil ¿no? Hay muy pocas probabilidades de hacer que la piedrita entre. Si lo hiciera, sería una casualidad.

-La gente habla de la casualidad, pero esa idea de que las cosas ocurren por casualidad se usa cuando se ignora la causalidad. Todo lo que ocurre, ocurre por una causa. Lo que pasa es que a veces ignoramos esa causa. ¿Recuerdan aquella historia que les conté sobre la enfermera y el soldado en Vietnam? Durante la guerra de Vietnam, había un hospital de campaña con varios soldados heridos y enfermeras y médicos trabajando. Ese hospital fue atacado por tropas enemigas y una bala atravesó el testículo de un soldado y luego atravesó a una enfermera a la altura del útero. Ambos sobrevivieron y al poco tiempo la enfermera se dio cuenta que había quedado embarazada por esa bala perdida. Buscó al soldado y se casaron. Nada es casualidad.

-Nosotros no creemos en las casualidades, si no en las causalidades. Creemos que las cosas difíciles se logran a través de la práctica disciplinada, paciente y concentrada. Para lograr que la piedrita entre en la botella hay que unir la mente con el cuerpo a través de la práctica.

-Si ustedes están hoy aquí en la plaza es porque no se fueron a pasear durante el feriado de Semana Santa. La televisión dice que las rutas y los destinos turísticos están llenos de gente. Pero tengan en cuenta que, aún estando de paseo podemos mantener la concentración, evitando la dispersión de la mente y enfocando toda la atención en lo que estamos haciendo. De esta manera, aún paseando, estaremos practicando. Nuestro objetivo es practicar en todo momento, no sólo cuando estamos en la clase de taichi chuan.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 26 de marzo de 2016. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.