-Cuando ustedes estén practicando deben pensar: “Qué suerte que tengo de poder practicar” –dijo el Maestro-. Hay muchísima gente alrededor nuestro que no puede practicar. Es muy importante ser capaces de aprender de la experiencia ajena. La mayoría de las veces aprendemos por nuestra propia experiencia. Sabemos que el fuego quema porque alguna vez nos quemamos. Ahorraríamos mucho tiempo y sufrimiento si fuéramos capaces de aprender de las desgracias ajenas, sin esperar a que nos ocurran a nosotros.

-Si al otro le ocurre algo malo no conviene pensar que ese era su destino. Conviene prestar atención y analizar si a nosotros nos puede pasar lo mismo; aprender de la mala experiencia que tuvo el otro. Al estar concentrados todo el tiempo, somos capaces de evaluar este tipo de situaciones. Para eso practicamos, para limpiar la mente y mantenerla en buen estado.

-Una vez un hombre fue a pedirle consejos a un monje. Éste le dijo: “Tienes que limpiar tu corazón”. El hombre quiso saber cómo podía hacer para limpiar su corazón y el monje le dijo: “Sacas tu corazón, lo remojas en agua, lo enjabonas, lo friegas, lo enjuagas y luego lo vuelves a su lugar”. Con esta respuesta inesperada, el monje consiguió estimular la mente del hombre.

-Nuestra práctica es para aquietar la mente y el corazón. De esta manera podemos pensar con claridad y atender los asuntos más urgentes de la manera más eficaz. ¿Pero realmente es necesario limpiar la mente todos los días? Si miro el piso de mi casa tal vez me parezca que está limpio, pero si tomo la escoba y empiezo a barrer, veré cómo las impurezas empiezan a juntarse. No parecía haber tanta basura, pero estaba ahí. Por eso es importante limpiar la mente todos los días.

-Mucha gente busca resultados inmediatos. Si empiezan una actividad es en busca de una ganancia rápida. Y si no encuentran esos resultados inmediatos, se desaniman y abandonan. Por ejemplo, si uno empieza a practicar chi kong no puede esperar sentir la energía a las pocas clases. Hay que tener paciencia y practicar hasta que el proceso esté maduro.

-En este mundo vivimos dentro de  nuestro cuerpo y debemos usar nuestro cuerpo de manera correcta, sin soberbia, sin especulación. La soberbia hace que seamos como una vasija llena; no entrará nada nuevo dentro de ella. Si queremos aprender, tenemos que dejar de lado la soberbia y la impaciencia. No usar la viveza, sino la inteligencia.

-Cuando ustedes hacen los movimientos en la clase, cada tanto deben mirar cómo lo hace el maestro. De esta manera podrán corregir errores y educarán la mente para que esté más atenta. Por eso es tan importante moverse lentamente. Esto hace posible concentrarse en cada fragmento del movimiento y sentir lo que ocurre con el cuerpo en cada momento.

-Yo quisiera contar algo que descubrí –dijo Claudia-. En la actualidad se habla mucho del mindfullness. Se hacen cursos y seminarios y se venden libros sobre eso, que es estar con la mente enfocada en lo que uno está haciendo. Y resulta que eso es lo que hacemos cuando practicamos taichi chuan.

-Usted habló de cursos y seminarios –dijo el Maestro-. Ir a cursos y escuchar charlas es bueno, pero luego hay que hacer. Si escuché algo bueno, voy a poner el práctica en mi vida cotidiana. De esta manera voy a descubrir a través de la propia experiencia si esas palabras que escuché son verdaderas.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 14 de mayo de 2016. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.