El temblor

Jun 4th, 2016 | By | Category: Charlas con el Maestro

-El otro día, Daniel Dos Santos me contaba algo interesante –dijo el Maestro.

-Sí –dijo Daniel-, estaba practicando un movimiento de la cuarta palma de pakua chang. Un movimiento simple, pero lo estuve repitiendo más de una hora. De pronto descubrí cómo ese movimiento está también dentro de la forma de taichi chuan.

-Por eso es tan importante practicar tan lien –dijo el Maestro-. Al practicarlo de manera lenta vamos descubriendo detalles pequeños que antes no veíamos. Además, podemos descubrir errores en la técnica, pues el cuerpo nos va indicando, con sus señales, con su sabiduría, si estamos haciéndolo bien o no. Muchas veces el alumno no entiende lo que le estoy explicando y la única manera de que comprenda es a través de la repetición de un movimiento simple. Así, aprendemos a mover el cuerpo como una unidad, conectando las grandes articulaciones entre sí. Tobillos con muñecas, rodillas con codos y caderas con hombros. Al mismo tiempo, la mirada acompaña el movimiento de las manos.

-Otra gente practica un taichi chuan superficial, sin poner atención en los detalles, con posturas altas y sin una correcta alineación de la cadera Cuando quieren hacer tui shou se dan cuenta que necesitan practicar de otra manera porque, al moverse igual que en la forma, no son capaces de emitir fuerza o de lidiar con la fuerza del adversario. Nosotros, en cambio, usamos los mismos principios en la forma y en el tui shou. En la forma, al practicar lento, podemos descubrir las conexiones internas que dan solidez a nuestra estructura y nos permiten emitir la energía de manera eficaz. Luego, al practicar tui shou podemos aplicar estos principios a velocidad real.

-La forma y el tui shou van juntos; no se pueden aprender por separado. Si practicamos únicamente tui shou corremos el riesgo de caer en la codicia del que sólo quiere ganar. La práctica de la forma equilibra la intensidad del tui shou. Tranquiliza el cuerpo y la mente y ayuda a aumentar la energía general del organismo.

-Cuando practicamos “El perro se sacude” les conté que es un ejercicio tomado de una de las formas de pakua chang. El cuerpo se sacude de manera rápida, como si estuviera temblando. El temblor es una práctica muy antigua de chi kong. ¿Usted recuerda cuando practicábamos temblor? –dijo el Maestro, dirigiéndose a mí.

-Sí, lo hacíamos a partir de posturas estáticas de chan chuang –dije yo-. Adoptábamos una postura y la sosteníamos hasta que surgía el temblor.

-Esa es una manera que lleva bastante tiempo, pero hay otra manera más rápida. Hay que adoptar una postura de jinete bien baja y al poco tiempo aparecerá el temblor. Cuando esto ocurre hay que dejarse llevar por el movimiento y temblar libremente. Voy a mostrarles.

El Maestro se puso en la posición de jinete, con los muslos paralelos al suelo y a los pocos segundos empezó a temblar con una intensidad creciente. Cuando se detuvo, estaba cubierto de sudor.

-El temblor es muy bueno para mejorar la circulación de la sangre y de la energía. Pero no hay que asustarse por la postura baja; si sienten que las piernas duelen, no abandonen, sostengan la postura hasta que aparezca el temblor. Es muy bueno practicarlo un poco todos los días. En este ejercicio, el temblor surge de manera espontánea y es más intenso que en “El perro se sacude”, donde el temblor surge voluntariamente.

-Cuando estuve en Taiwán mi yerno me mostró videos de otras personas que practican shi sue kong de otras escuelas. Mi yerno me decía que todos parecías estar haciendo lo mismo, pero yo le dije que mire los rostros. Las miradas de esos practicantes transmitían otro espíritu. Eran rostros llenos de ambición, de quienes sólo buscan competir a ver quién levanta más peso, quién es el más fuerte, quién es el  más grande. No había un espíritu noble en esas miradas. En el shi sue kong bien practicado, la mente del practicante se ve transformada y eso se refleja en el rostro y en la mirada. Fíjense cómo cambió la cara de Davide desde que hace shi sue kong. La buena práctica se refleja en el cuerpo, la cara, la mente y la conducta del practicante. El amor y la compasión surgen naturalmente.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 4 de junio de 2016. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.

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