-Los ejercicios que hacemos al comienzo de la clase son muy importantes –dijo el Maestro-, porque ayudan a controlar la propia mente. Es la mente la que más trabaja cuando hacemos la calistenia. Ahora la gente tiene la mente muy dispersa y estos ejercicios son una excelente herramienta para educar la mente. En nuestra calistenia hay muchos detalles y hay que hacerla con concentración. Si el practicante quiere cambiar su mente tiene que hacer bien los ejercicios, con paciencia y concentración.

-Nuestra calistenia es muy buena para alongar el cuerpo y equilibrarlo; para acomodar todas las articulaciones y moverlas sin riesgo de lesión. Si uno la practica con concentración obtiene el máximo resultado. Si uno la practica con la mente dispersa, estará desaprovechando muchos de sus beneficios. La mayoría de la gente encara la actividad física desconectada de la mente. Están habituados a hacerlo así y les resulta cómodo. Pero, por el contrario, la mente debe estar atenta a lo que hacemos en todo momento. Si estamos sentados, de qué manera estamos sentados, cómo están las piernas, cómo está la cadera, cómo están la columna y la cabeza. Por eso es mejor no sentarse en un sillón, porque el cuerpo adopta una postura que en apariencia es cómoda, pero que genera desviaciones y dolores varios. Es mejor sentarse en una silla cuyo asiento y  respaldo no se deforme por el peso del cuerpo. Podemos sentarnos con la cadera bien atrás, en contacto con el respaldo o podemos sentarnos en el borde de la silla, con las rodillas en un ángulo adecuado.

-En nuestra práctica cuidamos cada postura, cada detalle. Si los detalles no son tenidos en cuenta, cambia toda la forma. La clave está en unir la mente y el cuerpo. De esa manera las cosas pueden salir perfectas, como cuando queremos sacar una foto y necesitamos enfocar bien. El punto de enfoque no debe estar ni muy adelante ni muy atrás, debe estar en el lugar preciso y la foto saldrá perfecta.

-Si usted estuviera en un colectivo o un barco que se mueve constantemente y no tuviera de dónde agarrarse ¿qué postura adoptaría? –preguntó Hernán.

-Primero hay que fijarse en qué dirección va el movimiento. Conviene adoptar una adecuada separación entre los pies, tanto en ancho como en largo. Imaginemos en el piso un cuadrado de 40 centímetros de lado. Los pies deben estar uno adelante y uno atrás, ambos paralelos. Si las fuerzas a las que uno está sometido son muy intensas, conviene agrandar ese cuadrado a 60 centímetros.

-En estos días invernales hay que cuidarse del frío. Conviene traer ropa que no esté completamente cerrada, que se abra por delante de manera que uno pueda cerrarla o abrirla sin necesidad de quitársela completamente. Si uno practicó chi kong habrá aprendido técnicas para regular su temperatura para evitar situaciones incómodas en invierno o verano.

-Cuando decimos que nuestra práctica ayuda a unir cuerpo y mente no nos referimos únicamente a la clase de taichi chuan. Aprendemos a enfocar la mente en todo momento de la vida cotidiana. Al habituarnos a actuar con concentración nuestra vida experimentará un cambio positivo.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 30 de julio de 2016. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.