-La semana pasada hablé sobre el juguete que tenía mi hija –dijo el Maestro-. Algunas personas me preguntaron cómo se las arreglaba mi hija para jugar con un solo juguete toda su vida infantil. Pues usábamos el juguete como si fuera un títere. Lo hacíamos moverse y hablar. El juguete servía para jugar, pero también tenía su presencia en otros momentos. Cuando mi hija tenía que estudiar o hacer la tarea, el juguete estaba al lado de ella, haciéndole compañía. El juguete no sólo era un compañero, también era un alumno al que se le enseñaban cosas y un hijo al que se alimentaba o arrullaba antes de dormir. De esta manera el chico establece una relación afectiva con el juguete, que no es posible cuando hay muchos juguetes y el niño se aburre pronto de ellos y pide otros nuevos.

-En Pilar hay un hogar de niños en el que hacemos trabajo voluntario desde hace 22 años. Un día un voluntario llevó juguetes para los chicos. Cada uno recibió un juguete distinto. Algunos rechazaban el que les había tocado y pedían el que había recibido otro chico. Me acerqué a uno de esos chicos y le empecé a hablar del autito que había recibido. Le pedí que observe detalladamente el autito y que se fije en aquellas características que lo diferencian de los otros juguetes. Le expliqué cómo funcionaba, para qué servía y de qué manera podía usarlo él. De esta forma, se estimula la imaginación del chico, aprende cosas nuevas y no se aburre.

-Muchas veces les sugerí que lleven un diario personal. Si uno no tiene el hábito de escribir un diario, no sabe muy bien qué escribir. En cambio, el que lleva un diario observa su acontecer cotidiano con otros ojos, poniendo atención en los detalles pequeños.

-Al tener su hija un único juguete toda la vida, me imagino que debe costarle mucho separarse de él –dijo Camila.

-Con el paso del tiempo, el niño desarrolla sentimientos muy fuertes hacia el juguete. Eso es lo importante. Cuando ese niño sea adulto, sabrá que las cosas no se tiran cuando dejan de funcionar; tratará de repararlas. También aprenderá a elegir con buen criterio. El que no está acostumbrado a aburrirse de las cosas y tirarlas a la basura, piensa bien antes de elegir. También aprenderá a cuidar las cosas para prolongar su vida útil.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 16 de julio de 2016. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.