-Hoy, antes de empezar con los ejercicios, hablamos sobre tui shou –dijo el Maestro-. Explicaba que nuestro objetivo es frenar la fuerza del otro en su origen. Es un criterio parecido al que se aplica en la medicina tradicional china. Se trabaja sobre el origen del problema; no sobre el síntoma. Cuando viene el paciente hay que buscar el origen de su malestar para encontrar una solución verdadera. A veces duele la pierna, pero el origen del problema está en la columna lumbar. Es parecido a lo que pasa con algunas manchas de humedad. Un caño pierde en un lugar, pero la mancha de humedad aparece varios metros más abajo. Si rompemos la pared donde está la mancha, no podremos resolver el problema de manera duradera. Cuando practicamos tui shou también tenemos que entender de dónde y por dónde viene la fuerza del otro. Esto es desarrollar la sensibilidad, que nos permite escuchar la fuerza del otro cuando recién empieza y actuar antes de que se exprese por completo, neutralizándola o desviándola.

-Desarrollamos la sensibilidad aprendiendo cómo se mueve el cuerpo, practicando lentamente y con total concentración. Hay que aprender a mover el cuerpo como una totalidad y eso no es fácil. Hay mucha gente muy inteligente o con muchos títulos universitarios, pero que son incapaces de mover su cuerpo como una totalidad armónica. Son tipos de inteligencia diferentes. Una es útil para resolver situaciones del mundo material, la otra para resolver situaciones del mundo inmaterial. Cuanta más energía invertimos en la cuestiones del mundo material, más difícil será enfrentar los problemas del mundo inmaterial. Esta práctica nos enseña a controlar nuestra mente y permite que nos conectemos con nuestra alma. Si la persona está muy aferrada al mundo material, le va a costar avanzar en nuestra práctica. Hace varios años vino un muchacho que quería aprender pakua chang. Me dijo que él podía aprender pakua en tres meses porque era muy inteligente. Yo le dije que la inteligencia es otra cosa. Que acá lo que se necesita es mucha concentración para poder desarrollar la comprensión de todo lo que nos rodea. Nuestra práctica es para la vida en su totalidad, no sólo para un aspecto de la vida. Esto no es sólo un arte marcial, no es sólo una gimnasia para la salud. ¿Por dónde empezar para desarrollar esta comprensión total? Por el propio cuerpo, practicando, sintiendo y conectándolo con la mente.

-Yo quiero contarle que todas las mañanas hago el ejercicio que usted enseñó mientras espero el colectivo –dijo una alumna-. Debo parecer una loca, pero los resultados son excelentes.

-Muy bien. Ese ejercicio en el que pasamos el peso de la parte de adelante del pie a la parte de atrás es muy bueno. Además ayuda a prevenir caídas, porque uno aprende a reaccionar a tiempo y recuperar el equilibrio.

-Yo estuve de vacaciones –dijo Hernán-, y practiqué todos los días en un bosque de pinos. Todo el piso estaba cubierto por la pinocha y descubrí que hay una gran diferencia entre practicar con zapatillas y descalzo. Cuando estaba descalzo el piso se sentía más suave, como si estuviera parado sobre una gran pelota y el impulso hacia delante al empujar era más intenso. .

-Es bueno aprovechar los escenarios diferentes que se descubren en las vacaciones para experimentar –dijo el Maestro-. Si uno va al mar, puede probar hacer taichi chuan dentro del mar. Es muy interesante hacerlo con buena parte del cuerpo bajo el agua y al mismo tiempo lidiar con la fuerza del mar. También se muy interesante caminar pakua en el agua. Cuando practica siempre en el mismo lugar y con la misma orientación no se da cuenta de cuánto depende su concentración de los puntos de referencia externos. Eso se descubre cuando cambiamos de lugar o de orientación. Las vacaciones nos permiten poner a prueba nuestra concentración al ofrecernos escenarios diferentes.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 4 de marzo de 2017. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.