Redescubrir el amor

Jul 1st, 2017 | By | Category: Charlas con el Maestro

-La semana pasada les hablé sobre Darío y su amiga de la plaza –dijo el Maestro-. Darío es alumno de chi kong y se dedica a pasear perros. Va todos los días con sus perros a la plaza y ahí conoció a esta señora de unos 60 años. Ella va siempre a hacer ejercicio a la misma plaza y se acercó a Darío porque le llamó la atención la transformación que tuvo en su aspecto y personalidad. Darío le regaló un ejemplar de “Bajo el árbol” y la señora se sintió muy estimulada por lo que leyó ahí. Ella era incapaz de mantenerse quieta y meditar y de a poco fue logrando quedarse más y más tiempo. Ahora ya medita durante media hora. Por su parte, Darío se siente contento porque pudo influir de manera positiva en la vida de esta señora. Yo le dije que eso es muy bueno, pero que primero hay que aprender a aquietar la propia mente y abrir una conexión con la energía infinita del Universo. Si se logra esto, será más fácil ayudar a otras personas. Si no se logra esto, al tratar de ayudar a otros, el practicante se debilita y se vacía. Primero hay que aprender a conectarse con la energía del Universo; luego aprender a ayudar a otros. Ese es el orden correcto para avanzar en la práctica. Darío siente el deseo de ayudar a otros y eso ocurre como resultado natural del proceso de aprendizaje. Cuando la mente se aquieta, naturalmente surge dentro del practicante la misericordia y el deseo de aliviar el sufrimiento de todos los seres. Eso es muy bueno, pero hay que ir paso a paso, sin saltearse etapas.

-La misericordia surge naturalmente en todos, pero en la interacción con los demás, aprendemos a taparla, a reprimirla. El mundo suele ver como un tonto a aquel que hace lo correcto o que ayuda sin esperar nada a cambio. Y nadie quiere parecer un tonto, por eso aprendemos a tapar nuestra natural inclinación a hacer el bien. Durante la práctica aprendemos a redescubrir ese amor dentro de nosotros y aprendemos a administrarlo de manera inteligente.

-Cuando yo era chico, mi mamá tenía un cuñado que siempre charlaba conmigo. De él escuché este consejo muy útil: hay que escuchar todo, lo bueno y lo malo, y aceptarlo sin discutir. Todo lo que escuchamos lo guardamos y luego vemos si sirve o si no sirve. Si no sirve, lo descartamos. Si sirve, lo conservamos. Para discernir si algo sirve o no tenemos que estudiar cuáles son las consecuencias posibles. Hay acciones que a corto plazo dan buenos resultados, pero a largo plazo dan resultados desastrosos. Al evaluar, tenemos que ver el panorama completo, a corto y a largo plazo. Si lo que escuchamos es útil y beneficioso, lo llevamos a la práctica y nos beneficiamos con sus resultados. Nos sentiremos mejor y los demás lo notarán y se interesarán por saber qué fue lo que nos hizo cambiar de manera tan positiva y nosotros podremos contarles nuestra experiencia y de esta  manera, estaremos ayudando a los que nos rodean. Esta es la filosofía de nuestra Escuela.

-Observen la tierra que rodea a nuestro pino. Está muy seca y son muy pocos los brotes que asoman por encima de esta tierra tan arenosa. Estas plantas aprovechan cada oportunidad para sobrevivir y crecer. Si cae una gotita de lluvia, la absorben para nutrirse inmediatamente y seguir creciendo. Estas plantas nos enseñan que debemos aprovechar al máximo cada oportunidad para enfrentar la adversidad y continuar en la lucha por la vida. La clave está en practicar con disciplina, paciencia y concentración.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 1º de julio de 2017. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.

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