Voluntad

Jul 22nd, 2017 | By | Category: Charlas con el Maestro

Hoy al empezar la clase el Maestro pidió que recitemos el mantra con la mente puesta en el esposo de Cintia, que está luchando para recuperar su salud. Al terminar la primera parte de la clase, Cintia dijo:

-Yo sólo tengo palabras de agradecimiento para el Maestro y para todo el grupo. Después de 36 horas seguidas de fiebre muy alta, un poco más de 39 grados, el sábado mi marido por fin pudo descansar. Durmió durante 24 horas con una gran paz. Me acordé de lo que dice el Maestro sobre estar preparados de cuerpo y mente porque van a venir tiempos difíciles. Cuando uno piensa en esa frase se imagina catástrofes de Hollywood, pero suelen ocurrir estas otras cosas como las que me toca vivir ahora. Desde que mi marido cayó enfermo pasaron cinco días en los que casi no pude dormir y tuve que tener mi mente y mi cuerpo preparado para afrontar el momento. Me siento muy agradecida de haberme cruzado en el camino de la vida con el Maestro y con todos ustedes. Gracias a todos.

-La vida es impredecible –dijo el Maestro-. No sabemos qué puede pasar con nosotros y con la gente que nos rodea; nadie puede saberlo. De un instante para el otro nuestra vida puede cambiar dramáticamente. Por eso es importante usar la energía del grupo para ayudar a aquellos que están necesitados. Ese campo de energía positiva que genera el grupo puede ayudar a equilibrar un poco las cosas. Es como la arena. Un granito de arena por sí solo no es gran cosa, pero junto con otros muchos granitos de arena y un poco de cemento y agua  pueden convertirse en algo muy sólido y resistente. Por eso es importante usar toda la fuerza del individuo unida a la de los otros miembros del grupo.

-Pero hay que entender que todo esto funciona únicamente si hay práctica regular. No hay magia en esto. Es la práctica disciplinada, paciente y concentrada la que va construyendo de manera gradual y sostenida la eficacia de lo que estamos cultivando. Sea cual sea nuestra disciplina, no seremos eficaces si no practicamos de manera sistemática durante cierto tiempo, concentrando la mente y el cuerpo en lo que hacemos. ¿Qué animal muestra más paciencia y capacidad de trabajo?

-La hormiga, la abeja, el hornero –dijeron varios alumnos.

-La hormiga es capaz de levantar varias veces su propio peso y realiza un montón de trabajo todos los días. ¿Para qué trabaja tanto la hormiga? ¿Para llenar su panza, para tener una vida de lujos y placeres?

-Para la comunidad, para todo el hormiguero –dijo María.

-La hormiga cumple muy bien su misión. Sólo piensa en hacer su trabajo; no piensa en otra cosa. A veces se cruza con otra hormiga, habla algo y sigue con su tarea. Los humanos en cambio somos diferentes. Muchos no saben qué hacer con su vida. Otros tienen una visión mezquina sobre el trabajo. Trabajan lo justo y nada más, siempre esperando recibir una retribución. Mucha gente carece de voluntad para el trabajo. Cuando hay buena voluntad en el trabajo, la mente se mantiene sana, el estado de ánimo se mantiene estable, no hay miedo y no hay depresión. No hay voluntad si todo lo que hacemos, lo hacemos esperando recibir una retribución.

-Ayer una persona me preguntó por qué Dios permite tantas injusticias. Hay gente tan pobre que no tiene para comer y hay otra gente tan rica que no le alcanza la vida para gastar toda sus fortuna. ¿Por qué tanta diferencia?, preguntaba esta persona. Yo le dije que si uno en su vida anterior hizo el bien sin esperar recompensa, en ésta tendrá un mejor pasar. Hay que dar, hay que hacer el bien, pero sin pensar en la recompensa o el reconocimiento. Cuando en la mente aparece la codicia, todo lo hecho se pierde. Un amigo que hace trabajo voluntario conmigo en la Fundación Tzu Chi me contó que tiene un amigo en EE.UU que durante ocho años hizo trabajo voluntario y que a pesar de eso, su estado de ánimo no mejoró. Yo le dije que seguramente ese amigo siempre espera recibir algo a cambio de su trabajo voluntario; por eso su mente no encuentra paz. Si uno, al hacer el bien se pregunta “¿Cuándo recibiré algo de vuelta por estas buenas acciones?”, pierde todo el mérito y queda más nervioso. Es muy simple: al actuar únicamente por la voluntad de hacer el bien, todo lo demás se cura y se arregla. Lamentablemente, en los colegios esto no se enseña. En los colegios y universidades se enseña un oficio, se enseña a ser un profesional o un doctor, pero no se enseña a actuar motivado por la voluntad. La Maestra Cheng Yen dijo que ella pudo construir un hospital con la ayuda de 30 amas de casa, pero que no podría hacer lo mismo con 5 o 10 grandes doctores universitarios. Ella quiere decir que el hospital lo pudo construir gracias a la voluntad que animó a muchas personas a trabajar sin esperar nada a cambio, no por un grupo de gente acomodada que pone dinero de su cuenta bancaria. Las grandes obras son posibles por la voluntad y el corazón de mucha gente dispuesta a trabajar en pos de un objetivo común.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 22 de julio de 2017. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.

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