Lo que aprendió un chico de 4 años

Sep 24th, 2017 | By | Category: Charlas con el Maestro

Angélica le estaba dando palmadas en la espalda a Eugenio y el Maestro dijo:

-El 16 de octubre, durante el encuentro de meditación vamos a formar una ronda para practicar el golpeo al compañero de al lado. El que recibe los golpes tiene que adecuar su mente para recibir los golpes de mejor manera. Cuerpo y mente trabajando unidos. Si uno se golpea a sí mismo, la mente ya sabe cuándo va a venir el golpe. En cambio, cuando es el compañero el que nos golpea, la situación cambia y hay que educar la sensibilidad y estar más atento.

-A los alumnos más nuevos les recomiendo que miren con atención cómo me muevo para copiar bien los ejercicios. Además, pueden mirar cómo lo hacen los demás compañeros y, si ven diferencias, se acercan a preguntar. La observación atenta es fundamental para aprender bien. Hay que registrar todo como una cámara fotográfica. Hay gente que mira sin atención y se comportan como una cámara sin rollo fotográfico; creen haber sacado fotos, pero en realidad no registraron nada. Durante la clase el alumno debe observar con atención y luego en la casa debe repetir lo que registró durante la clase.

-Hoy los dispositivos móviles realizan varias funciones, sacan fotos, graban videos, graban mensajes de voz, sirven como teléfonos, como agendas y como reloj. Por un lado esto es muy positivo, pero también hace que ciertas capacidades de la persona se vayan atrofiando.

-Es cierto –dijo Damián-. Antes de los celulares yo tenía en mi memoria los teléfonos de todos mis amigos y familiares y ahora no.

-Claro. Antes, en Taiwán, las empleadas de la empresa telefónica tenían que memorizar mil números de teléfono. Hay que saber aprovechar las ventajas de las nuevas tecnologías pero sin perder habilidades físicas y mentales valiosas, como la memoria.

-Yo les digo que hagan los movimientos uniendo e integrando la mente con el cuerpo. Esto tiene muchos beneficios. Ayuda a educar la mente, mejora la salud, brinda tranquilidad. Nuestra práctica ayuda a controlar la mente y esto permite tener una vida mejor. Si uno no aprende a controlar su mente, vive nervioso, con depresión o con ansiedad. No hay nada externo que pueda dar tranquilidad a nuestra mente; ni siquiera irse de vacaciones a un sitio bonito. En lugar de irnos lejos a descansar y volvernos locos con el tránsito en el viaje de regreso, nos quedamos acá y venimos a practicar a la plaza. De esta manera nos recargamos de energía y vitalidad. ¿Alguien quiere decir algo?

-Quisiera contar algo que aprendió mi nieto de 4 años –dijo Angélica-. Volvió del jardín de infantes con unos dientes flojos y le pregunté qué había ocurrido. Me dijo que una nena le había pegado y que la miró a los ojos y le dijo “no te perdono”. Salió corriendo para otro lado y se chocó con un nene de 3 años y cayó al suelo y ahí se golpeó los dientes. Entonces le pregunté qué había aprendido de esa experiencia y me dijo: “Creo si hubiese perdonado a esa nena, no me habría caído ni golpeado los dientes”.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 23 de septiembre de 2017. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor

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