-Quiero destacar la conducta de dos alumnos –dijo el Maestro-. Se trata de María y Damián, que la semana pasada, a pesar de tener otros compromisos, vinieron igual a la ceremonia de homenaje al sikong. Cuando el alumno se compromete y enfoca su mente en el sikong, éste lo ayuda y lo bendice. Formamos parte de una larga tradición de grandes maestros que vivieron en el pasado. Cada uno de esos maestros son eslabones de una cadena que llega hasta hoy. Si nos comprometemos con la Escuela, practicamos con disciplina, paciencia y concentración y actuamos de manera correcta y seguimos las buenas enseñanzas de los ancestros de nuestra familia, ellos nos brindarán su ayuda.

-Yo quisiera contar algo –dijo Angélica-. Hace un año, cuando hicimos la ceremonia, yo estaba muy preocupada por la salud de mi nieto, que había nacido prematuro y con muy poco peso. Varias veces al comenzar la clase, recitamos el mantra pensando en él. En aquel momento, durante la ceremonia de homenaje, le pedí ayuda al sikong. Hoy, un año después, mi nieto ya está bien y fue dado de alta por los médicos. Por eso, en la ceremonia de la semana pasada aproveché para agradecerle.

-Si bien el sikong ya no está físicamente con nosotros, uno puede hablarle a su foto. Pero no se trata únicamente de pedir y pedir; hay que hacer, hay que practicar y de manera correcta. Si uno actúa mal, el sikong no va a brindar ayuda.

-En cuanto a la jornada de meditación del 16 de octubre, pueden aprovechar esa ocasión para hacer preguntas. Pueden preguntar sobre cualquier tema, menos política. Cuando tengan sus preguntas, pueden enviárselas a Daniel Fresno por correo electrónico, así las leo antes de la jornada. Este tipo de encuentros nos permiten compartir más tiempo y son otra manera de aprender, otra manera de conocer a la gente del grupo y unirlo más.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 16 de septiembre de 2017. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor