-Pasado mañana, lunes 16, será el encuentro de meditación –dijo el Maestro-. Recuerden  que vamos a sentarnos a meditar en el pasto, bajo unos árboles. Cada uno debe llevar un plástico para poner en el suelo, un almohadón o banquito y abrigo suficiente, teniendo en cuenta que al meditar baja la temperatura corporal. Además, cada uno debe llevar su comida y bebida, repelente de insectos y protector solar. Salimos de acá a las 9 hs. y emprendemos el regreso a las 16 hs. Elegimos el Parque de los Niños porque es grande, hay árboles, hay baños. Es un encuentro anual en el que disponemos de más tiempo para meditar, practicar y para hacer preguntas sobre aquellas cosas que cuesta entender. La actividad es gratuita.

-Mucha gente se acerca a la práctica y en los primeros tiempos practica con entusiasmo y constancia, pero después de un tiempo, empiezan a sentir que les cuesta seguir. Aparecen todo tipo de excusas y obstáculos que lo alejan de la práctica. Son demonios internos que tiran hacia abajo para que la persona no avance. A mí me pasó cuando era chico y hacía karate-do. Empecé a practicar con muchas ganas, pero al tercer mes empecé a sentirme poco motivado, como si una fuerza me tirara para atrás. No entendía qué me pasaba, pero insistí y no aflojé, seguí yendo a clase y practicando y al poco tiempo esa falta de interés desapareció. Era una prueba que tenía que atravesar y pude pasarla con éxito.

-Yo conozco al Maestro desde hace muchos años –dijo Horacio-. Durante siete y ocho años dej{e de venir porque tuve muchas dificultades a nivel de salud, del trabajo y de la familia. Todo me salía mal. Una noche el Maestro apareció en un sueño y me dijo que vuelva a la plaza que ahí iba a encontrar la solución a mis problemas. Entonces, decidí volver, aunque las dificultades continúan. Puse mucha voluntad y no aflojé en la lucha y de repente empezaron a ocurrirme cosas buenas. Trato de no pensar en las dificultades y seguir adelante. En el curso de Potenciar la Mente aprendí algo muy valioso; aprendí a respirar. Eso provocó cambios importantes en mi cuerpo; después de muchos intentos fracasados, bajé cuatro kilos. Ahora me siento con más energía y voluntad para practicar y venir a clase. Siento que el Maestro y el grupo me ayuda  a continuar y a no darme por vencido.

-Todas las personas –continuó el Maestro-, todos los días se ven sometidas a fuerzas que la tiran hacia abajo. Esas fuerzas se presentan a veces como pereza, otras veces como depresión, otras veces como hedonismo. Estos demonios internos están al acecho todos los días, por eso hay que luchar todos los días para mantener viva la voluntad, para no olvidar aquello que nos interesa y nos motiva, nuestros objetivos. El grupo además brinda una energía adicional en esa lucha, por eso es importante no quedarse únicamente con la práctica individual.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 14 de octubre de 2017. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor