La llegada de Darío

Oct 22nd, 2017 | By | Category: Charlas con el Maestro

-Quiero presentarles a Darío –dijo el Maestro-. En otras oportunidades hablé sobre él. Es alumno particular y yo le pedí que venga a la plaza para ayudar a los compañeros para practicar hasta la segunda parte de la forma.

-Me llamo Darío Quiroga –dijo Darío-. Practico chi kong con el Maestro desde hace dos años y taichi chuan desde hace unos mes. Además estoy en el segundo año de acupuntura y estoy muy contento con la práctica.

-Veo que los movimientos de tan lien cuesta hacerlos bien –dijo el Maestro-. Eso pasa porque no integran la mente con el cuerpo. El cuerpo hace una cosa, pero la cabeza está en otro lado. Si la cabeza está presente, el movimiento sale completo, entero. De lo contrario, sale todo suelto. Todos los grupos tienen un líder. El cuerpo humano es como un grupo y el líder es la mente. El líder no puede estar ausente.

-Maestro ¿qué podemos hacer para ayudar a esa integración de la mente y el cuerpo? –preguntó Eva.

-Seguir las manos con la mirada –dijo el Maestro-. Donde va la mirada, va la atención. El movimiento, a pesar de ser amplio, tiene sus límites. Hay que respetar esos límites. En una comunidad, fuera de los límites está lo salvaje. Buscamos mantenernos dentro de los límites.

-A mí lo que me ayuda a concentrarme es seguir el mismo ritmo que el grupo –dijo Luis-. En lugar de moverme por las mías, busco sincronizar mi movimiento con los demás y eso me permite estar más concentrado. Cuando mi mente se va, pierdo la sincronía con los demás.

-Este comentario de Luis refuerza la idea de que la vista es muy importante. Algunos alumnos me preguntaban si se podía hacer la forma con los ojos cerrados. Yo les recomendé mantener los ojos abiertos para poder seguir el movimiento y enfocar la atención.

-La meditación suele hacerse con los ojos cerrados –dijo Darío-. ¿Podría hacerse con los ojos abiertos?

-Sí, algunas escuelas de meditación zen enfocan la mirada en la punta de la nariz –dijo el Maestro-. No está mal meditar con los ojos cerrados, pero es más fácil quedarse dormido. En cambio, con los ojos abiertos, no. Recuerden entonces, acompañar con los ojos y la mente cada detalle del movimiento. Esa es la mejor manera de aprender y no perder el tiempo. Esto es muy básico. Si no aprenden algo tan básico como concentrarse durante la práctica, van a avanzar muy lentamente.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 21 de octubre de 2017. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor

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