A pesar del calor, corría una leve brisa en la plaza esta mañana. Al terminar los ejercicios del comienzo de la clase, leí un texto que envió el Maestro.

”Me pone muy contento que compartan sus experiencias de práctica con tanta voluntad. Eso muestra la unidad del grupo. Muchas veces las palabras de un alumno pueden emocionar a otro, incentivarlo en su práctica. También es bueno para uno, ya que fortalece la confianza y eso ayuda al crecimiento espiritual.

“Por ejemplo, una vez un alumno de chi kong dijo que le dedicó ocho meses de práctica a un mismo movimiento de manejo de la energía y que estaba contento porque al final le salió. Otro alumno, que al cabo de dos o tres semanas de práctica estaba por perder la paciencia y abandonar todo, al escuchar la experiencia anterior volvió a tener confianza y recuperó la paciencia y la fuerza para seguir practicando. Yo siempre digo que no hay nada que sea imposible de lograr, sólo es una prueba para la paciencia. Por eso compartir las experiencias de cada uno es muy importante, tiene mucho sentido y buen efecto sobre la práctica.

“Cynthia dijo que cuando se fue de vacaciones a Cuba practicaba de todos modos por las mañanas antes de salir a pasear. Ella preguntó si a pesar de practicar con errores, debía seguir practicando. Por supuesto que sí. Si uno no practica es como abandonar el taichi chuan. Debe insistir con la práctica, aunque salga con errores, pues tiene el deseo de que salga bien. Cuando vuelva sabrá en qué movimientos tiene dificultades y sabrá cómo preguntar. Yo siempre les pregunto si tienen dudas y ustedes siempre dicen que no, pero en realidad yo sé en qué movimientos tienen dificultades, pero no se los digo directamente, pues espero a que tengan el deseo de saber y me pregunten, así mi explicación tendrá mejor efecto. Por eso espero que reflexionen con concentración y acumulen experiencia para saber preguntar.

“Eva dice que a pesar de no sentirse mejor que los demás, se siente feliz. Eso es porque encontró el objetivo de la vida y ya está caminando hacia él. El resto de la gente no tiene esta oportunidad, por eso hay que aprovecharlo al máximo.

“Ya pasó la Navidad y pronto llegará un nuevo año. Vamos a hacer un balance de lo ocurrido en el 2017. Yo personalmente rezo diariamente para que haya menos desastres, pero lamentablemente sigue habiendo muchos. El aporte de una persona es limitado porque los asuntos bajo la Tierra son responsabilidad de todos. Como por ejemplo, si hay pocas personas limpiando el ambiente pero hay muchas más contaminándolo, ¿cuándo llegará el día en que la Tierra quede limpia? Por eso es necesario que todos limpiemos juntos, ya que quien limpia no ensuciará tanto. Debemos invitar a todos los conocidos para que también sean personas que sepan limpiar el medio ambiente.

“Seguramente todos desean que el nuevo Año traiga buena suerte. Para tener buena suerte hay que crear buenas precondiciones. Por ejemplo, si se resuelve un asunto con descuido, ¿tendrá un buen resultado? Vamos a prepararnos mentalmente y planificar cómo proceder en el siguiente año, o sea, planificar buenas precondiciones. De esta manera el Año Nuevo nos traerá buena suerte. Como por ejemplo, si creamos un molde, el producto tendrá la forma de ese molde. Aprendemos y practicamos todos los días para poder crear un buen molde, así las cosas que producimos tendrán buena calidad.

“He dicho en otra oportunidad que hay que aprovechar esta vida para aprender bien y practicar bien, para crear un buen molde, de esta forma en las próximas vidas habrá buenos productos, recuerden bien estas palabras. Si siguen mis palabras, tendrán buenos resultados. Bendiciones a todos. Les deseo lo mejor para el nuevo Año”.

Al terminar la lectura, los compañeros de práctica compartieron sus ideas y experiencias.

-El Maestro llegó esta mañana a Taiwán procedente de Alemania –dijo Dina-. Hablé con él por skype y como allá es invierno, le pedí que nos mande un poco de viento.

-Quisiera contarles que este año que termina fue muy bueno –dijo Claudia-. Tuvo altibajos, momentos buenos y de los otros, pero el balance final dio positivo, tanto en el plano familiar, como en el profesional, en el que obtuve reconocimiento.

-Para mí también fue un buen año –dijo Horacio-. Fue un tiempo de profundos cambios y de crecimiento y fue gracias a esta práctica.

-Yo hace poco que vengo a la plaza –dijo Darío-. Los primeros días estaba pasando por un mal momento. Venía acá y no me sentía bien. Tal vez los demás no lo advirtieron porque no soy muy demostrativo de lo que siento, pero estaba realmente mal. Y ocurrió que un sábado al terminar la clase me fui de la plaza sintiéndome bien y con una gran alegría. Eso se debe a la energía positiva que genera el grupo. Muchas gracias a todos.