Amor o miedo

Jun 30th, 2018 | By | Category: Charlas con el Maestro

-¿Cómo están? –preguntó el Maestro.

-Todo tranquilo –respondió Luis.

-“Todo tranquilo”, mucha gente dice así acá. En Taiwán no se usa esta expresión. Si la mente está en calma, uno se siente más tranquilo. No hace falta pensar tanto todo el tiempo. Hay que pensar cuando lo necesitamos. Hago uno, pienso uno. Termino de hacer uno, pienso en la siguiente tarea.

-El otro día le explicaba a una señora mayor la importancia de hacer ejercicio. Ella me decía que no tenía dinero para pagar clases de gimnasia. Yo le dije que podía hacer un ejercicio muy completo y que brinda muchos beneficios. Consiste en tomar una bolsa e ir por el espacio público recogiendo la basura que encuentra en el camino. De esta manera ejercita su cuerpo, tranquiliza su mente y ayuda proteger el medio ambiente. Esta es una actividad que le permite a la persona exteriorizar su amor. Y además, constituye un buen ejemplo que ayudará a que otros hagan lo mismo.

-A veces ocurre que las personas no quieren hacer esto por miedo. El miedo impide que se exprese el amor. Si uno piensa únicamente en sí mismo, el miedo se hace fuerte; si se desea ayudar a la Naturaleza y a los demás, el amor se hace fuerte y no aparece el miedo. En Malasia hay barrio con muy mala fama. Voluntarios de la Fundación Tzu Chi fueron ahí a hacer su trabajo y la policía: “no entren ahí, es peligroso”. Pero los miembros de la Fundación respondieron: “nosotros vamos impulsados por la misericordia hacia ellos. Vamos a hacer nuestro trabajo y no tenemos miedo, sólo amor”. Con el paso de los años y el trabajo de la Fundación ese barrio cambió radicalmente para bien. Mi esposa, junto a otras cuatro mujeres, fue a trabajar a una villa que hay en Villa Ballester. Es un sitio donde la policía no se anima a entrar. ¿No tienen miedo? No, porque en su mente sólo hay amor y buenas intenciones hacia la gente de la villa. Si uno va con una mente así, no es posible que le devuelvan cosas malas. No tengan miedo; permitan que su amor se despliegue y crezca hacia el mundo.

-Le quiero contar algo, Maestro –dije-. Todos los días con mi esposa sacamos a pasear a nuestra perra. Pero los fines de semana, los paseos son más largos. Vamos a la plaza y llevamos una gran bolsa en la recolectamos la basura que encontramos en el camino. Al terminar, llevamos todo a una estación de reciclado que hay en la plaza. Como hacemos esto muy temprano a la mañana, la plaza está vacía. Pero un día fuimos más tarde y un señor chino que andaba por ahí, al vernos recoger la basura, se puso a hacer lo mismo y en pocos minutos terminamos de limpiar todo. Otro día mi esposa fue a hacer ejercicio a la plaza y vio a una señora que también recogía la basura. Como usted dice, este tipo de conductas constituyen un buen ejemplo.

-Muy bien –dijo el Maestro-. De esta manera uno mueve el cuerpo, respira aire puro y ayuda a la comunidad, un montón de ventajas juntas. Además, este tipo de acciones estimula a otros que desean hacer algo bueno, pero no saben qué. Hay muchísima gente de buen corazón, pero lo tiene muy bien guardado adentro. Al ver que otros hacen buenas acciones, estas personas pueden verse inspiradas a hacer lo mismo. En el mundo es muy poca la gente mala. La mayoría tiene buen corazón, pero el miedo les impide actuar y exteriorizarlo.

-Hace dos semanas, con mi pareja estábamos muy preocupados porque la plata no alcanza –dijo Luis-. Entonces, Claudia preparó un gran guiso de lentejas y salimos a compartirlo con las personas que duermen en la calle. La experiencia nos ayudó a superar esa angustia que sentíamos. Nos dimos cuenta que el alimento para uno es bueno, pero alimentar a otros también lo es.

-Muy bien –dijo el Maestro-. Esa es una forma de alimento para el espíritu que permite que el amor encerrado dentro salga para afuera y se exprese a través de la acción. Mencio fue un destacado filósofo chino y decía que todos los seres humanos son buenos por naturaleza, pero que las malas influencias sociales pueden enturbiar esa bondad original. Por eso es tan importante que los niños tengan una buena educación, que empieza en la casa. Los padres no deben delegar toda la responsabilidad de la educación en la escuela. En la familia es donde se aprende la base de lo que está bien y lo que está mal. Si los padres se desentienden de esta responsabilidad, los chicos aprenderán lo que vean. Porque los chicos sólo saben aprender, aún sin saber si lo que están aprendiendo es bueno o es malo. Por eso los padres deben estar atentos y explicar las consecuencias de cada acción. Por qué ciertas conductas no convienen y por qué otras sí.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 30 de junio de 2018. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor

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