Como este sábado llovió, la clase se desarrolló en el consultorio del Maestro, que nos hizo practicar tui shou. Al terminar, los alumnos compartieron sus impresiones.

-Durante la práctica descubrí que es fundamental tener una postura cómoda, ni muy alta ni muy baja –dijo Darío-. Al principio tenía una postura muy baja y me di cuenta que eso me quitaba movilidad. Lo vi al Maestro que estaba con una postura más alta y desde ahí podía bajar o subir, según su necesidad. Creo que además el tui shou ayuda a generar un buen vínculo entre todos los practicantes y eso es muy positivo.

-Lo que yo sentí haciendo tui shou –dijo Horacio-, es que no conviene estar tenso. Es mejor estar relajado y eso se logra con la respiración. Al respirar uno fluye y puede sentir lo que hace el otro y reaccionar de manera adecuada.

-Lo mío fue más elemental –dijo Claudia-. Vi cómo poner las piernas y los pies y los movimientos más básicos. Al principio cuesta un poco sentir lo que hace el otro. El Maestro me enseñó algunos movimientos que espero que algún día me salgan. Estuvo muy bueno y nos divertimos mucho.

-A mí me tocó practicar con Eugenio –dijo María-, y descubrí que si uno usa mucha fuerza, la técnica no fluye y no sirve. Después de media hora de práctica empezamos a movernos más lentamente y ahí sentí que no éramos dos separados, sino un solo movimiento y ahí pude poner en práctica algunas técnicas.

-Nunca me había animado a hacer tui shou –dijo Cinthya-, y me di cuenta que es más complejo de lo que imaginaba al verlo desde afuera. Cuando me ponía a pensar en lo que estaba haciendo era peor. Creo que la clave está en fluir, percibir lo que hace el otro y estar en el momento presente. Fue sorprendente. Descubrí que hay muchas cosas del taichi chuan que se usan en tui shou y que evidentemente no las tengo incorporadas. Me tocó hacer con Claudia y creo que fue la clase más divertida que tuve desde que estoy acá.

-A mí me tocó hacer con Gastón –dijo Rafael-, y al verlo a él me di cuenta de que me falta enraizamiento. Descubrí que el Maestro tiene razón cuando dice que hay que moverse con todo el cuerpo como una unidad, no sólo con los brazos o las manos.

-Para mí el tui shou, al igual que el taichi chuan, se usa en todos los aspectos de la vida –dijo Gastón-. La clave está en preservar el centro, mantener la serenidad y practicar siempre. Cuando yo empecé también sentí mucha frustración porque siempre me sacaban o me tiraban. Pero si se practica con disciplina, paciencia y concentración, los frutos aparecen. Lo bueno del tui shou es que el compañero nos ayuda a ver cosas nuestras que de otra manera no descubriríamos; nos permite ver nuestros puntos débiles y también nos permite ejercer la compasión al cuidar al compañero.

-A mí el tui shou me gusta mucho –dijo Eugenio-. Es una herramienta fundamental para la mejora del taichi chuan porque trabaja a muchos niveles. A nivel técnico nos ayuda a ver los pequeños detalles, la estructura corporal, la generación de potencia, la posición de los pies. Nos ayuda a desarrollar la sensibilidad. También nos ayuda a controlar el Ego y descubrir que la finalidad no es ganar, sino mejorar mutuamente. En fin, nos enseña a ser mejores personas y mejores compañeros.

-El tui shou es muy lindo como ejercicio –dijo el Maestro-, pero también como masaje y como forma de entablar un buen vínculo con los demás. Ayuda a desarrollar la sensibilidad y a mejorar la movilidad de todo el cuerpo. Es muy completo. La clave está en no ponerse rígido y olvidarse de querer ganar, desarrollar la concentración y la sensibilidad.

-¿Qué opina sobre la donación de órganos? –preguntó Claudia.

-Donar órganos tiene un enorme mérito –dijo el Maestro-. De alguna manera uno sigue viviendo a través del órgano donado. Es un acto de gran valentía y de gran amor hacia el prójimo. Al morir el cuerpo se va a pudrir, pero si la persona dona sus órganos, al menos una parte sigue viva en otra persona.

-A partir de la nueva ley, mucha gente tiene miedo de que los médicos lo den por muerto con el único propósito de sacar órganos –dijo Eugenio.

-Si tenemos la mente ocupada por el miedo, no podemos dejar crecer en ella el amor. Es mejor dejar de lado el miedo. Si el bombero solo tiene miedo en su mente no va a poder luchar contra el fuego.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 7 de julio de 2018. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor