La energía propia y la del Universo

Jul 28th, 2018 | By | Category: Charlas con el Maestro

-No importa el entrenamiento que realicemos –dijo el Maestro-, primero hay que hacer movimientos suaves y amplios para calentar músculos y articulaciones. De esta manera los músculos se ablandan un poco antes de la actividad más intensa y exigente y así se evitan lesiones. Estos movimientos deben estar sincronizados con la respiración.

-Cuando vinimos a vivir a la Argentina mi hija mayor tenía 6 años e iba a la escuela sin saber castellano. Allí había un chico que la molestaba y ella volvía a casa llorando frecuentemente. Fui a hablar con la maestra y durante un tiempo el chico dejó de molestar. Pero luego volvió a las andadas. Entonces le dije a mi hija que tenía que defenderse y le enseñé un golpe con el dorso de la mano, muy simple pero efectivo, porque se golpea con todo el cuerpo. El objetivo era golpear en la cola al agresor, porque la cola es un lugar blando y no hay riesgo de lastimar. Le dije que practique con su hermana entre 50 y 100 golpes todos los días usando un almohadón. Cuando aquel chico volvió a molestarla, mi hija de defendió y no volvió a molestarla.

-Tuve un alumno de chi kong que estaba muy interesado en hacer circular su propia energía. Yo una vez le dije que la propia energía es mucho menos potente que la energía del Universo. Por eso en nuestra práctica de chi kong primero aprendemos a hacer circular nuestra energía, que es limitada, y luego aprendemos a conectarnos con la energía del Universo, que es ilimitada. Un día su hijo se enfermó y él trataba de ayudarlo sentándose a su lado en la cama y pasándole energía. Me preguntó por qué el hijo no mejoraba a pesar de sus esfuerzos. Entonces, yo le dije que no lo haga tan cerca, que se suba a la terraza y desde ahí le mande energía al niño. Hizo eso y el chico mejoró rápidamente. Eso es porque pudo ayudarse con la energía del Universo.

-Una vez vino a casa un plomero para arreglar el depósito de agua del inodoro. Tenía que poner un tornillo que, por la incómoda ubicación en la que estaba, se le caía al fondo del depósito y era imposible de recuperar. Así ocurrió con tres tornillos. Entonces le dije que espere y fui a buscar un alambre con el cual sujeté el tornillo, así era más fácil sostenerlo para ajustarlo. El plomero me dijo: “Tengo 45 años de experiencia en el oficio y hoy aprendí algo nuevo”.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 28 de julio de 2018. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor

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