Parado como un poste

Nov 13th, 2018 | By | Category: Charlas con el Maestro

-Vamos a practicar chan chuang – dijo el Maestro-. Chan significa parado y chiang, significa poste. De manera que chan chuang es “parado como un poste”.

Cuando uno adopta las posturas de chan chuang, hay que mantenerse quieto, así la  mente se mantiene quieta. Puede aparecer una sensación de calor, una vibración, o la energía circulando.

-Mi libro de chi kong se llama Vibrando en la Naturaleza, porque cada uno de nosotros está vibrando dentro, como parte de la Naturaleza. No estamos separados de la Naturaleza y esa vibración se siente cuando practicamos chan chuang. En ese momento seguimos el ritmo de la Naturaleza, nuestro cuerpo se integra con la mente y recuperamos la salud.

-Al avanzar en la práctica del chi kong se puede sentir la vibración de los demás seres vivos, incluídos los minerales, los árboles. Todo está vibrando. Ahora en el mundo suceden tantas cosas, hay mucho desequilibrio, por eso ocurren tantos desastres naturales.

-Maestro, cuando usted me corrigió la postura sentí algo diferente –dijo Horacio-. Se sintió como algo que se metía para adentro. ¿Esa es la sensación que hay que buscar?

-Sí –dijo el Maestro.

-En los primeros ejercicios sentí mucho más calor que en los últimos ¿por qué? –preguntó María.

-Puede ser que al principio estaba más concentrada y después su concentración se fue aflojando. A la mente le cuesta mantenerse quieta durante mucho tiempo. Hay un concepto del budismo que dice: “matar la mente”. ¿A qué se refiere?

-A que no hay que pensar mucho –dijo Camila.

-Claro. Trato de mantener la mente en un estado de quietud.

-La mente ¿se mata o se domina? –preguntó Camila.

-Buscamos dominar, aquietar la mente. La frase usa el verbo “matar” para llamar la atención del oyente.

-Cuando se hace el ejercicio ¿la mente está concentrada en la respiración? –preguntó Sergio.

-No hace falta. Sólo presta atención a la postura. Los ojos no se mueven y la mente acompaña a los ojos.

-¿Se pueden cerrar los ojos, Maestro? –preguntó Camila.

-Sí. Las rodillas un poco flexionadas y hacia adentro. Al acercar las rodillas entre sí se obtienen ocho beneficios. ¿Cuáles son?

-Quietud -dijo Horacio-, atención en el momento presente, en la respiración, equilibrio, postura exacta.

-Los tres meridianos yin se juntan -continuó el Maestro-, generando buena energia, más calor y se protegen los genitales. Además, al juntar las rodillas se conectan los vasos concepción y gobernador.

-Me acuerdo de sus primeras épocas enseñando en la plaza –dijo María-. Entonces, usted casi no hablaba y había que copiarlo. No explicaba nada, porque no hablaba castellano.

-Yo sólo decía: así, así, así –dijo el Maestro.

-Los meses pasaban –continuó Maria-, y te corregía la posición del pie y vos no sabías qué estabas haciendo mal. Y el Maestro decía “está mal”. Cuando hacíamos la forma, la hacíamos todos al mismo tiempo. Tendríamos que volver a hacerlo. Cuando hacemos tao yin cada uno se mueve por su lado. Sería bueno movernos todos al unísono, porque así la energía es otra.

-Acá a la gente le cuesta mi método de enseñanza –dijo el Maestro.

-Es que estamos acostumbrados a primero leer y memorizar y una vez que lo incorporamos intelectualmente, lo llevamos a la práctica. Usted enseña haciendo. Primero el alumno tiene que hacerlo bien y luego usted explica qué es lo que está haciendo.

-Así se enseñaba antiguamente –dijo el Maestro-. Primero el alumno debía cortar  leña, traer agua desde el río y subirla hasta la cima de la montaña, donde estaba la casa del maestro, para regar las plantas. Debía avivar el fuego agitando la mano. Todo ese trabajo ayudaba a aumentar la energía del alumno. Esto era así durante los primeros tres años. Recién después se le enseñaba algo de artes marciales. Ese período inicial ayudaba a fortalecer el cuerpo, la paciencia y la aceptación. Así se enseñaba antiguamente.

……………………………………

Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 10 de noviembre de 2018. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor

Deje su comentario