-Veo que algunos alumnos se sacan el abrigo al empezar los ejercicios –dijo el Maestro-. Eso no conviene. Hay que mantener el 70% del cuerpo calentito. De esta manera el cuerpo podrá ajustarse a la temperatura ambiente. Una vez fui invitado a una casa de campo en Ezeiza durante un día muy frío. Dentro de la casa había calefacción y todo el mundo al entrar se sacó la ropa. Yo me quedé con mi campera puesta. En un momento la dueña de casa nos quiso mostrar una planta muy especial que tenía en el patio y todos se volvieron a abrigar para salir afuera. En patio todos decían que tenían frío, pero yo estaba lo más bien porque mantuve todo el tiempo mi calor interno. Cuando la gente entra a un sitio calefaccionado y se quita toda la ropa de golpe, el cuerpo pierde todo su calor y luego le cuesta bastante recuperarlo. Por eso hay tanta gripe. Hay que entender cómo funciona el cuerpo.

-No conviene hacer cosas de golpe, es mejor hacer de manera gradual. Si yo no estoy acostumbrado a la actividad física y me propongo empezar a hacer ejercicio, es mejor que lo haga de manera gradual, no empezar de golpe con una rutina de dos horas a toda máquina. Los cambios conviene realizarlos de a poco.

-Si hace frío y empiezo a hacer ejercicio, en lugar de quitarme la ropa, abro el cierre de mi campera para que se disipe algo del calor acumulado. En el fondo es una cuestión mental. Es mi mente la que dice: “Hace mucho calor, no se aguanta, debo quitarme toda la ropa” o la que dice: “No voy a perder todo mi calor corporal sacándome la ropa; voy a permitir que el cuerpo regule la temperatura”.

-¿Por qué se enfrían tanto las manos y los pies? –preguntó una alumna.

-Uno de los factores que inciden en esto es la configuración astrológica al momento de nacer. Algunas personas nacen con elemento fuego muy fuerte y siempre tienen calor y sus manos y pies están siempre calientes. Otros nacen con poco fuego y las manos y los pies se les enfrían fácilmente.

-Quisiera compartir algo –dijo Horacio-. El Maestro me dio un ejercicio que puede ser de utilidad para los demás. “¿Por qué no anotás lo que entendés?”, me dijo una vez, y yo empecé a escribir en un cuaderno. A veces es simplemente una palabra. Pero a los pocos días, después de otra charla, si entiendo algo nuevo, también lo anoto. Y así, uniendo las palabras voy teniendo cada vez más comprensión y claridad sobre la práctica.

-Es muy valioso llevar un diario personal –dijo el Maestro-, y anotar todos los días lo que nos pasa. Al revisar las anotaciones del pasado se registra los cambios ocurridos en la propia vida y se comprende más.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 3 de agosto de 2019. Se prohibe su reproducción sin autorización del autor.