Paz y alegría en la mente

Dic 25th, 2019 | By | Category: Charlas con el Maestro

Durante la cena de fin de año el Maestro dijo:

—Termina un año en el que ocurrieron muchos desastres en todo el mundo. Desastres de todo tipo. En  India hubo hace poco una inundación con espuma venenosa. Los desastres no son únicamente naturales, también lo son sociales y en los años próximos va a empeorar.

La gente provoca desequilibrios en la Naturaleza y eso genera los desastres. Siempre pienso de qué manera nuestra práctica puede influir positivamente sobre la gente para  prevenir o reducir estos desastres. A los alumnos avanzados siempre les digo que nuestra práctica no es únicamente para beneficio personal. Es también para beneficiar a todos. Ampliamos nuestro corazón para incluir a todos los seres vivos. Al ampliar nuestro corazón, el amor luego vuelve a nosotros con más fuerza.

¿En qué consiste la práctica espiritual? No se trata solamente de meditar o de recitar mantras o sutras. Es indispensable la práctica. Como dice el poema que leí recién, el alma está dentro de nosotros, no hace falta ir a buscarla afuera. Todo el mundo busca afuera un tesoro que se encuentra dentro de cada uno. Buscan algo que esté lejos, que sea famoso o goce de gran prestigio o que cueste mucho dinero, sin darse cuenta de que la búsqueda hay que emprenderla hacia adentro.

Para llegar al alma no basta con meditar. Es necesario aprender a controlar la propia mente y lograr una concentración muy profunda. De esta manera el practicante logrará iluminarse. Por eso decimos que lo nuestro no es únicamente un arte marcial.

Lo nuestro es un arte marcial interno porque se practica para adentro, no para afuera. No es para mostrar o para competir o para ganar dinero o para buscar pelea. Cuanto más interna es la práctica, más paz y alegría hay en la mente del practicante.

En nuestro chi kong hay pocos movimientos pero muchas repeticiones. Mil repeticiones. De esta manera el practicante limpia su mente de la ansiedad y la impaciencia y aprende a controlar su ambición. De a poco el practicante empieza a descubrir el sabor del chi kong y aparece el disfrute. Mucha gente se siente vacía y sin recursos, entonces le pide a Dios, a Buda o a los santos. Es mucho mejor llenarse con la alegría que brinda la práctica. Ahí está el verdadero sustento, en la práctica interna. No hace falta buscar nada afuera.

Tuve una alumna de que era adicta a las compras. Cuando se sentía mal salía de compras y gastaba mucho dinero. Después vino a practicar chi kong y descubrió el placer de la práctica interna y desapareció su compulsión a comprar cosas. Dedica 4 horas diarias a la práctica de chi kong y ya no siente esa carencia que la llevaba al consumismo. Ya no pasea por los shoppings, ahora pasea por el universo.

Nuestra práctica ayuda a controlar la codicia y a conectarse con la fuente interna de felicidad, la que genera una sensación de satisfacción con la propia vida. Si la persona no conoce esta experiencia siempre andará por la vida buscando afuera y jamás estará conforme. Algunas personas, en esa búsqueda frenética por encontrar afuera algo que llene el vacío interior, compran cosas que nunca va a usar. Mi hija tiene una conocida que compra compulsivamente por Internet objetos que luego no va a retirar.

El consumismo no solo consume a la persona, también está consumiendo los recursos del planeta. Si estamos demasiado atados a los bienes materiales, estaremos muy pesados y será más difícil elevarnos para acercarnos a Dios.

El 24 de este mes voy a viajar a Taiwán y Alemania a visitar a mis hijas. Durante mi ausencia hay que seguir practicando. Nosotros siempre practicamos, incluso los días feriados, con la única excepción de Navidad y Año Nuevo. No suspendemos la práctica porque cuando se para, después a la mente le cuesta retomar.

Cuando desarrollé mi método de chi kong yo no sabía si iba a ser útil. Pero al enseñarlo los alumnos sentían la energía muy rápido y avanzaban de manera impresionante en la práctica espiritual. Eso me dio más confianza en este método.

Daniel me contó cómo cambió su manera de trabajar y de administrar el tiempo. Lo que antes le llevaba 5 horas, ahora lo hace en la mitad de tiempo, lo que le permite tener más tiempo para practicar. Y ya que estamos hablando de Daniel, pido un aplauso para él, que acaba de recibir un importante premio por su actividad profesional. Las cosas no ocurren por casualidad. Tanto los éxitos como los fracasos tienen un origen y una causa.

Juan Ignacio es otro alumno que potenció su capacidad de trabajo y de aprendizaje gracias a la práctica.

—Aprender junto al Maestro me permitió tomar conciencia de los pequeños detalles —dijo Juan Ignacio— y eso me sirvió mucho en mi trabajo. Aprendí a mirar, a prestar atención, entendí cómo funciona el propio cuerpo. Descubrí cómo practicar los movimientos de manera más eficiente. Eso me permitió avanzar más rápido que otros. Si hubiese tenido ese entrenamiento con el Maestro hubiera quedado en la cola de toda la gente que está esperando para ser profesional y no llega. Mi práctica y las enseñanzas del Maestro me permitieron saltearme esa cola para llegar a dónde quería.

—Son muchos los alumnos que mejoraron con esta práctica —dijo el Maestro —, y no tiene nada que ver con la suerte.

Es importante mantener la mente simple. Una mente complicada genera problemas en todas las áreas de la vida. Mucha gente desea longevidad, pero no sabe aprovechar el tiempo de su vida porque tiene una mente agitada. Una mente concentrada es capaz de hacer las cosas mejor y en menos tiempo. ¿Para qué quiere alguien vivir 120 años si malgasta su tiempo en cosas sin sentido? Gente así lo único que hace es derrochar los recursos de la Tierra. Si esa persona algún día quisiera reencontrarse con Dios, le va a resultar muy difícil porque estará muy pesada. ¿Dónde está Dios? Los practicantes serios de chi kong tienen la respuesta a esa pregunta.

—¿Cómo mejorar nuestra práctica? —preguntó Horacio.

—Cuando uno practica de manera correcta experimenta una enorme alegría. Se siente liviano como si estuviera volando en el aire. Se siente comodidad. Al mismo tiempo el practicante siente una gran satisfacción consigo mismo y con su vida. Siente deseos de no interrumpir la práctica.

En unos días voy a viajar, pero a pesar de que mi cuerpo estará lejos, mi mente seguirá acá, al lado de ustedes. Por eso quiero que sigan yendo a la plaza y que practiquen pensando que yo estoy presente, mirando lo que hacen, al lado del árbol. Voy a tratar de enviarles mensajes a través de mi esposa. No se olviden de mí.


Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la cena de fin de año del 7 de diciembre de 2019. Se prohibe su reproducción sin autorización del autor.

One comment
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  1. Muy interesante reflexion del maestro. Gracias por sus enseñanzas.

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