Al llegar a nuestro lugar de práctica nos encontramos que la mitad del espacio estaba ocupado por un cumpleaños infantil con muchos niños y niñas con sus padres y una persona que animaba la fiesta, hablando a través de un micrófono, pasando música, conectado a un parlante a un volumen importante.

Como teníamos la otra mitad de espacio para practicar, nos instalamos como pudimos alrededor del árbol, saludamos, recitamos el mantra y comenzamos a realizar los ejercicios como lo hacemos habitualmente. Luego, el Maestro dijo:

-Esta fiesta ya había comenzado antes de nuestra clase y parece que va a continuar. Debemos practicar entonces con control mental, a pesar de haber mucho ruido exterior, no podemos evitarlo, tenemos que practicar con concentración y el ruido va a desaparecer, ya no va a importar que exista. En cualquier parte siempre habrá personas y grupos que estarán alrededor nuestro. No siempre vamos a estar solos. Aunque pensemos que nos molestan los ruidos u otras perturbaciones tenemos que practicar igual, en cualquier circunstancia. Por eso tenemos que aprender a manejarnos por nosotros mismos, con nuestras propias posibilidades. Y no abandonamos nuestro espacio, porque si cambiamos de lugar cada vez que se presente una situación similar, van a seguir viniendo otros grupos y vamos a terminar perdiendo nuestro lugar de práctica, siempre debemos quedarnos acá. En Taiwan mi maestro al principio tenía un lugar para practicar Tai Chi, después se instaló en el mismo sitio un grupo de personas que practicaban baile, y se fue sumando más gente, hasta que mi maestro terminó perdiendo su lugar y tuvo que trasladarse a otro. Nuestro lugar es cómodo, debemos cuidarlo.

Tenemos que hacer nuestros ejercicios sin que importe la situación exterior, así debe ser nuestra determinación, sin excusas. Hace un tiempo atrás, fuimos a pasar unos días para practicar a un lugar llamado Cerro Negro, en la provincia de Córdoba. Rodeado por montañas, practicamos en un lugar de mucho silencio y paz. Para regresar a Buenos Aires, nos dirigimos a la Terminal de Micros en donde almorzamos en un local de pizzas. Uno de los alumnos comentó que había mucho ruido y bullicio, que casi no se podía estar, todo lo contrario a lo que habían experimentado en esos días de práctica con mucho silencio y tranquilidad. Yo le contesté que no debe darle importancia a lo que pase en el exterior, esa es la práctica, solamente importa la situación en nuestro interior. Todo esto es una prueba, todo lo que pasa alrededor nuestro es una prueba, es una oportunidad para aprender, es nuestra práctica. Si dejamos de hacer las cosas esperando que el exterior se adapte a nuestra comodidad, no vamos a llegar a realizar nada. Debemos aceptar cualquier situación, seguir nuestro camino, paso a paso, profundizando nuestra práctica, haciendo los ejercicios con control mental, detener nuestra mente para que no se disperse con las distracciones externas.

——–
Resumen de la segunda parte de la charla del Maestro Chao Piao Sheng del 12 de diciembre de 2020. Prohibida su reproducción sin autorización del autor.
Desgrabación: Sergio Arakaki.