–Hoy vamos a practicar cómo se usan los movimientos –dijo el Maestro–. Primero vamos a tratar de entender cómo manejar el equilibrio, cómo unir mente, vista y manos, para que la energía circule bien y no se disperse. Hay que concentrarse en un punto solo, como cuando se lanza una flecha. Con esta práctica vamos a poder corregir los movimientos más importantes. Si hubieran dudas, yo les voy a explicar para ayudarlos  lo más posible.

Lo primero es entender que la vista debe acompañar a la mano, y luego ver cómo acompañar todo con equilibrio para tener un buen efecto y sentir la energía. Esto es fundamental para mejorar el nivel de la práctica. Hay que aprovechar esta vida, porque no sabemos cuándo nos vamos a reencontrar nuevamente. Por eso siempre intento ayudarlos de muchas maneras.

Estos movimientos son muy importantes. Si ustedes logran entenderlos bien, podemos avanzar en el aprendizaje. Ya hace 36 años que estoy enseñándoles, es como un tren que está en marcha todo ese tiempo, y a pesar de todo sigue con fuerza.

–El otro día estaba practicando una técnica –comentó Horacio– y me di cuenta de que esa técnica, el primer movimiento de la forma, sirve como base para todas las demás técnicas más avanzadas de la forma. Realmente una única técnica sirve para todas las otras. Por eso el Maestro siempre insiste tanto en eso.

–Así es –dijo el Maestro–. Si entiende uno, sale todo. Esa es la teoría de la Naturaleza. Por eso yo siempre, con mucha fuerza, trato de ayudarlos, y también para mí es importante ver que ustedes tengan voluntad de aprender.

Tomemos como ejemplo un ventilador de techo, que con solo dos paletas puede funcionar muy bien: entre las dos hay un equilibrio y un contrapeso. Lo mismo tenemos que hacer nosotros al mover nuestro cuerpo, eso es lo que denominamos teoría del cuerpo, hay que entenderlo bien para poder practicar correctamente.

Muchos dicen que quieren practicar solo para la salud. Siempre digo que no hay que hacerlo sólo con ese objetivo, hay que entender la teoría completa para practicar bien, incluso el aspecto marcial. Aunque uno no pretenda usarlo para pelear, sí sirve para aumentar nuestra fuerza y nuestra confianza y fe en nosotros mismos, así como para entender mejor la teoría de la Naturaleza. Por eso, de uno, sale todo. No hay que elegir solo un aspecto, debe aceptar todos. Recuerden que para sanar el cuerpo, primero hay que sanar la mente. Hay gente que hace muchos deportes pero se enferma igual, ¿por qué? Porque la mente está inquieta.

–Es verdad lo que dice el Maestro –comentó Angélica–. Uno va incorporando cada vez más los movimientos y con el tiempo se realizan de manera natural. Recuerdo cuando me quisieron robar desde una moto, yo instintivamente hice un giro, como en la forma, y el ladrón cayó de la moto.

–Por eso conviene aprender todo completo –dijo el Maestro–. Ojalá nunca tengan que usar ninguna de las técnicas, pero conocerlas y tenerlas incorporadas da más fe en uno mismo. Esa fe da más seguridad, y esto hace que las malas ondas no ingresen tan fácilmente en uno mismo.

–Con respecto a lo que dice el Maestro –comentó Darío–, quería contarles que yo crecí en un barrio muy complicado, con varios grupos de matones. Muchas veces me sentí en inferioridad de condiciones. Sin embargo, cuando pasaba frente a estos grupos me mostraba siempre muy seguro de mí mismo, y jamás nadie me atacó.

–Practicando bien aumenta nuestra fe, nuestra confianza, nuestra seguridad, nuestra fuerza –dijo el Maestro–. Esto lo ganamos para toda la vida, fíjense qué útil es.

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Resumen de la segunda parte de la charla del Maestro Chao Piao Sheng del 27 de febrero de 2021. Prohibida su reproducción sin autorización del autor.
Desgrabación: Andrés Coratella.