–¿Recuerdan lo que siempre les repito? –dijo el Maestro–. “Uno” sirve para todo… si no hay uno, ¿cómo puede surgir todo lo demás? Todo se origina en uno, por eso es tan importante. Siempre hay que prestar atención al principio.

El Maestro, usando una piedra, dibuja el número 1 en el suelo, seguido de muchos ceros. El número es muy grande, es una gran cantidad. Luego, borra ese “1” inicial

–¿Se fijaron? –preguntó el Maestro– El número que había escrito era muy grande, tenía muchas cifras. Sin embargo, al borrar el “uno”, solo quedaron ceros, es decir, no quedó nada. Esta es una forma muy gráfica para entender lo que trato de enseñarles.

Les voy a contar un ejemplo. Hay un empresario que tiene una fábrica, con tanto trabajo que les resulta muy complicado satisfacer a todos los clientes. Entonces pensó en comprar otro juego de máquinas, las cuales lo ayudarían a ampliar la producción, pero dichas máquinas cuestan 3 millones de dólares. Cuando me lo comentó, le pregunté en qué porcentaje les excede el trabajo, a lo que me respondió que entre un 25% y un 30%. Luego le pregunté de cuánto capital disponía para comprar esas máquinas nuevas, y me dijo que el total de la compra lo tendría que hacer con un crédito hipotecario. Le dije que no le convenía hacer eso, que la situación no era la adecuada como para poder luego amortizar semejante gasto. Sin embargo, a pesar de mi consejo, pidió el préstamo y compró las máquinas nuevas. El resultado fue que a los seis meses lo perdió todo. Luego de 20 años de mucho éxito, bastaron solo seis meses para perderlo todo. No siguió mi consejo porque yo no soy empresario, no soy una persona de negocios. Él no entendió lo principal (uno), por eso, conociendo bien uno, se conoce todo, y esto se puede aplicar en cualquier caso.

Esto también vale para nuestro propio cuerpo: cómo manejar el peso del mismo para no perder el equilibrio. En la práctica es igual: entendiendo bien uno, salen todos los movimientos. Siempre hay que observar a la Naturaleza, donde esto se da continuamente.  Al hacer repetidamente los movimientos, empezamos a tomar la sensación que cada uno nos trae, y así podemos darnos cuenta de si alguno lo estamos haciendo mal.

¿Alguien quiere comentar algo?

–Se acerca la ceremonia de pai zu –dijo Horacio–. Quisiera compartir lo que sentí luego de hacer pai zu, ya que esto puede servir tanto a los que van a hacer la ceremonia, como a los demás. Luego de hacer pai zu, uno aprende a ser más responsable consigo mismo, trata de aprender más profundamente, de escuchar con más atención lo que dice el Maestro, de aceptar más lo que él nos enseña, entendiendo que siempre lo hace como una ayuda a nosotros, para que mejoremos.

Y todo esto nos ayuda, incluso cuando estamos agobiados por preocupaciones. Por ejemplo, cuando estoy muy cansado, sin ganas de practicar, miro la imagen del Maestro y eso me da fuerzas para comenzar la práctica. Es la conexión que tenemos con el Maestro y también entre nosotros en el grupo.

–Yo también quisiera decir algo –dijo otra compañera–. Soy muy nueva en el grupo, y quiero agradecerles, ya que es un lugar de pertenencia muy importante, agradezco el momento de reflexión semanal, y esta práctica que me hace bien durante toda la semana.

–Quisiera recordar cuál es el significado del cumpleaños –dijo el Maestro–, qué sentido tiene. Para nosotros, en ese día recordamos a nuestras madres, que siempre se preocupan por sus hijos, aunque sean grandes. Hay una señora que viene al consultorio y siempre me llama la atención el hecho de que a su hijo de 45 años lo trate de “nene”. Esto nos demuestra que para las madres, los hijos siempre son chicos y por lo tanto hay que cuidarlos. Por eso, en el cumpleaños recordamos mucho a nuestras madres, este es un sentido más profundo que debemos darle a ese día. Para nosotros los budistas, si alguien de la familia es muy bueno, con mucha compasión, como por ejemplo un monje o una monja, ayuda a toda la familia, y también puede ayudar a otras familias, ayudar a los que más necesitan. Por eso nuestra práctica tiene varios aspectos, no sólo el marcial, sino también el espiritual. Pero para lograr el crecimiento espiritual, primero utilizamos los ejercicios para entender cómo mejorar nosotros mismos internamente, y luego eso nos ayuda en muchos otros aspectos de la vida.

Sobre pai zu, recordemos que mediante esa ceremonia, los aspirantes entran en la familia de la escuela, junto con los maestros de nuestro linaje. Nuestra mente se conecta con los antepasados, que siempre tuvieron un muy alto nivel de práctica, y por lo tanto pueden ayudarnos mucho en la nuestra propia.

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Resumen de la charla del Maestro Chao Piao Sheng del 28 de agosto de 2021. Prohibida su reproducción sin autorización del autor.
Desgrabación: Andrés Coratella..