Ayudar sin condiciones

Oct 3rd, 2021 | By | Category: Charlas con el Maestro

-Ustedes recibieron un video donde se veían unos árboles en Taiwán cuyas raíces, al asomar por encima de la tierra, tenían formas parecidas a un bodhisattva –dijo el Maestro-. Esto ocurrió en muchos árboles de la sede central de Tzu Chi. Esto pasa porque allí se practica de tal forma que la energía es muy pura, y por otro lado la maestra Cheng Yen llegó a un nivel muy alto de práctica. Creo que ella ya viene muy preparada de otras vidas, y su mente está muy concentrada, con una gran práctica espiritual. Ahora, en un momento en que el mundo está tan complicado, es cuando más se necesita la ayuda espiritual. La Fundación Tzu Chi hace justamente eso: ayuda, pero también enseña. Uno no puede ayudar para siempre: solo ayudamos para que el otro se levante, y le enseñamos para que él mismo pueda seguir adelante. Tzu Chi ayuda en lugares difíciles, donde a veces los gobiernos no llegan o desisten de ayudar. Por ejemplo, en estos últimos años, ayudó en casos de tsunamis en Indonesia y también en Filipinas. En algunos casos reconstruyendo pueblos, o creando escuelas e iglesias para que la población pueda vivir y prosperar. En Taiwán la Fundación Tzu Chi es muy conocida, e incluso últimamente muchos turistas quieren ir a visitar la sede central, para ver cómo trabajan los voluntarios.

Acá se ve mucha gente que pide y pide, muchos chicos a los cuales solo se les enseña eso: a pedir. Esos chicos lamentablemente no van a poder mejorar mucho, porque todo lo esperan de los demás. Lo mejor es ayudar a otros, porque al hacerlo mejoramos nosotros mismos. Recuerden el ejemplo del barco que otras veces les he comentado: al subir el nivel del agua, el barco sube también.

Hay casos de gente que pide a Buda o a algún santo para que lo ayude, y a cambio él promete ayudar a otros. Eso no funciona nunca: no podemos ayudar con condiciones. Hay que ayudar incondicionalmente, y esto es tan maravilloso que nos hace sentir felices, con una alegría inmensa en el corazón, por estar haciendo algo bueno para los demás.

El ser humano se caracteriza por ir destruyendo y arruinando todo a su paso, en su afán de evolucionar. No hay más que ver cómo está hoy el mundo, los ecosistemas, la mala energía, tan negativa. Por eso, para contrarrestar esa mala energía, no solo hay que pensar con la mente cosas buenas, sino hacer buenas acciones también. Cuando terminemos la clase vamos a charlar un poco más sobre ecología, sobre cómo poder hacer para ayudar.

–Con respecto a ese tema tengo una pregunta –dijo Soledad– A ese sitio que vamos a hacer, ¿le damos el nombre de Tzu Chi, o de la escuela nuestra?

–Va a ser algo de nuestra escuela –respondió el Maestro–. Nosotros vamos a complementar las ayudas que da Tzu Chi. Por ejemplo, yo a los alumnos avanzados de chi kong les enseño técnicas para el cuidado del medio ambiente, utilizando nuestra mente. Tzu Chi, en cambio, lo hace enseñando a reciclar y a limpiar el planeta. Es muy importante cuidar la Naturaleza, la ecología.

Quisiera saber si alguien que haya hecho pai zu quiere comentar algo.

–A mí lo que me pasa –dijo Claudia– es que últimamente se me representa la imagen del sukong y siento más energía para practicar, los movimientos salen mejor.

–En la ceremonia de pai zu presentamos la fecha de nacimiento y nombre para enviarle a los antepasados –dijo el Maestro–, y esto es necesario para que ellos puedan ayudarnos, darnos más energía. Luego de pai zu mejora la energía y tenemos más fe en nosotros mismos.

¿Alguien más quiere compartir algo?

–Yo quisiera compartir una experiencia que tuve hace muy poco –dijo Horacio–. Algo que me hizo reflexionar y que tiene que ver con lo que comentaba Claudia. La experiencia que vamos teniendo en esta disciplina, algunos más avanzados, otros menos, solo aparece cuando nos ponemos seriamente a practicar. Muchas veces nos distraemos, o las distintas situaciones del mundo nos afectan. O simplemente nuestras familias, nuestro trabajo lo hacen. Pero cuando uno se pone a practicar siente otra cosa, y eso que percibimos es esa afinidad que sentimos con el Maestro, y que no es tan común de sentir. Yo he practicado otras artes marciales en otros lugares, y esto nunca lo había sentido. Y la reflexión que hago sobre esto es que tenemos que aprovecharlo, ya que tenemos al Maestro a nuestro lado. Él siempre nos da ejemplos que nos ayudan en la práctica, y que también nos acercan a la Naturaleza. Desde que estoy cerca de él, he aprendido a plantar, compostar, etc., muchas actividades que quizá nunca hubiera observado.

–Hablamos de afinidad –dijo el Maestro–, que es lo que siento hacia mi maestro, y también hacia ustedes. Y por esa afinidad estoy acá compartiendo mis experiencias y conocimientos con el grupo. Por eso, hay que aprovechar esa afinidad para crecer juntos.

Les recomiendo que guarden esa foto de los árboles de Tzu Chi, y de vez en cuando mírenlas. Eso les va a ayudar a cargar más energía.

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Resumen de la charla del Maestro Chao Piao Sheng del 2 de octubre de 2021. Prohibida su reproducción sin autorización del autor.
Desgrabación: Andrés Coratella.

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