–Fíjense en la guerra entre Rusia y Ucrania –dijo el Maestro–. Ucrania necesita el apoyo de otros, porque no tiene la suficiente fuerza para defenderse. Esto que observamos podemos trasladarlo a nuestro propio cuerpo. Es muy importante practicar bien los ejercicios básicos, para fortalecer nuestro cuerpo y para que salgan bien las técnicas. No debemos prepararnos para pelear, sino para no estar tan débiles, para fortalecernos y no tener tanto miedo ante las situaciones que se nos plantean. Todos los aspectos, incluso el espiritual, están incluídos y tienen su origen en nuestra práctica. Por eso hay que practicar de forma inteligente, para poder utilizar lo que se aprende en distintas situaciones.

Para nuestra práctica, siempre debemos pensar que “no hay mañana”, y por lo tanto, tenemos que aprovechar a practicar hoy, sin perder tiempo, y así todos los días. No hay que pensar solo en disfrutar, hay que cambiar la forma de pensar. Si solo se piensa en disfrutar las cosas materiales, algún día se tendrá mucho miedo. Debemos entonces practicar para tener fe en nosotros mismos y dejar de tener miedo. Toda esta práctica no solo es para esta vida, sino para después de la muerte.

La Naturaleza siempre trata de ayudarnos, es muy misericordiosa. Si nosotros caemos o bajamos de nivel, es por culpa de nuestra propia mente. Y es por eso que hay que practicar y limpiar nuestra mente: eliminar los malos pensamientos y mantener los buenos. Todo lo que está en la mente, tarde o temprano se refleja en las acciones.

Una vez una señora me comentó: “Para la vida próxima, me gustaría reencarnarme en una ballena”. Cuando le pregunté por qué, me dijo: “Es un animal muy grande, parece el rey del mar”. Ella no sabía que en realidad estaba deseando descender y alejarse más del Cielo. Por eso en la vida hay que practicar para entender bien y tener buenos pensamientos. De lo contrario, se puede estar muy equivocado.

Lo primero es el control mental. Por eso yo en cada clase charlo con ustedes, les doy ejemplos y los estimulo, para así poder ayudarlos. De esta forma pueden entender mejor la práctica, y se estimula la voluntad, la paciencia, el tratar de entender para qué hacemos los ejercicios.

Piensen esto: durante el día, ¿cuánto tiempo lo dedicamos a la práctica? ¿y cuánto a estar flojos, perdiendo la energía acumulada? Calculen el porcentaje de práctica. Por ejemplo, si practican dos horas y media por día, sería tan solo alrededor del 10% del total de 24 horas del día.

Hay que intentar practicar las 24 horas del día. ¿Cómo es posible esto? Bien, hay que practicar activamente por momentos y hay que mantener luego lo que se practicó para que no se pierda. Pero fíjense, ya les cuesta a muchos de ustedes respirar profundo y mantener ese oxígeno tan solo un minuto. Imagínense lo que les puede costar mantener la energía acumulada durante la práctica. Entonces debemos practicar para mejorar cada día, y así podremos mantener también todo lo practicado durante las horas en las que no estamos haciendo práctica activa.

–Yo quisiera comentar algo relacionado con la lectura del libro –dijo el Horacio –. Cuando el Maestro habla de practicar las 24 horas, por supuesto que no se refiere a practicar la forma durante todo el día, sino buscar la manera de practicar con la mente las 24 horas. Y una forma de lograr esto es leer el libro, en forma lenta y pausada, prestando atención y tratando de buscar la esencia. Esto estamos tratando de hacer al juntarnos a leer el libro en forma grupal, y esto también es una forma de practicar.

–Cierto, la lectura del libro o cualquier otra actividad –dijo el Maestro–, todo sirve para la práctica si se hace concentrado y paso a paso se va profundizando. Por eso hoy hablé de Ucrania, la pena que da ver lo que pasa con su pueblo, que tiene que irse dejando atrás sus casas. Tenemos que aprender de esta situación también. La vida es muy variable y no se sabe lo que vendrá, por eso debemos siempre estar preparados, practicar más, con concentración.

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Resumen de la charla del Maestro Chao Piao Sheng del 26 de febrero de 2022. Prohibida su reproducción sin autorización del autor.
Desgrabación: Andrés Coratella.