–Recuerden, cuando hacen los ejercicios, deben acompañar el movimiento con todo el cuerpo –dijo el Maestro–, no solo con los brazos o piernas. También tengan en cuenta lo que siempre les digo: uno para todo. Por ejemplo, si encendemos una vela y todos los compañeros de práctica traen la suya, vamos pasando la vela encendida y sirve para encender las demás. Así tienen que pensar en relación a los ejercicios. Para que la vela pueda encender a otras, deben darse ciertas condiciones: el fuego no debe ser demasiado débil, la vela que recibe debe tener su cabo, etc. Cuando hacemos los ejercicios también deben darse ciertas condiciones que se deben cumplir para que el ejercicio salga bien: debemos estar concentrados y debemos prestar atención a los movimientos como los muestro, tratando de realizarlos con el acompañamiento de todo el cuerpo.

En el consultorio, cuando les muestro a mis pacientes los ejercicios que deben hacer en su hogar para acompañar el tratamiento, muchas veces ocurre que me miran un segundo y ya quieren ponerse a hacerlos. Yo siempre les digo que esperen, que me miren primero y presten atención al movimiento que hago, a los detalles y, luego de haber comprendido bien, lo hagan. Si no, pueden hacer mal el ejercicio, no dando los frutos deseados e incluso con la posibilidad de lastimarse.

Miren, mi maestro me encomendó venir aquí a enseñar. Tuve otros maestros, pero solo él, Wang Shu Chin, fue el que planeó mi camino. Al principio fue difícil, necesité ayuda. Luego de aprender un poco más del idioma, pude seguir solo. Puedo vivir tranquilo y así poder desarrollar la misión que me encomendó mi maestro. Les digo esto para que aprovechen que estoy acá y que quiero ayudarlos a mejorar. Otros compatriotas también vinieron a la Argentina y pudieron ganar mucho dinero, pero en mi caso no fue así, no era ese mi objetivo, sino solo cumplir lo que mi maestro había pensado para mí. Él también tuvo su misión: fue a Taiwán principalmente para enseñar taoísmo.

–Maestro, ¿cómo se relacionan el budismo y el taoísmo? –preguntó una alumna.

–Mi maestro también era budista, aunque no tan practicante. La base de ambos caminos es la teoría del Yin Yang. Los que estudian conmigo acupuntura ven bien este tema. Este es el principio de todo, y en esto está basado también el taichi chuan. Hay gente a la que le cuesta entender estos conceptos y meditar. Por eso, al practicar chi kong o taichi y sentir la energía, pueden percibir algo más concreto y entonces practicar y avanzar en el camino espiritual.  Se logra una gran tranquilidad y mucha paz, sanando el cuerpo y la mente.

Cada año que pasa es un año menos, y por eso yo cada vez me preocupo más, porque tanto mis alumnos como mis discípulos no han aprendido bien todavía. Así que a practicar con fuerza. Hoy vamos a ver tui shou.

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Resumen de la charla del Maestro Chao Piao Sheng del 28 de mayo de 2022. Prohibida su reproducción sin autorización del autor.
Desgrabación: Andrés Coratella.