-El pasado jueves una señora de 93 años vino a mi consultorio para atenderse, se quedó un ratito esperando que la pase a buscar su hijo y escuchó el principio de nuestra clase de Potenciar la Mente –dijo el Maestro–, y ayer me llamó diciéndome que con lo poco que escuchó quedó fascinada y que tiene ganas de empezar el curso, que la estimuló mucho para mejorar su vida. Esta señora compró el libro “Un faro de esperanza” y se lo prestó a su nieto. A él le gustó tanto que se lo quedó. Compró también otros tres libros para regalárselos a sus amigos y amigas jubiladas, con su propio dinero, a pesar de que cobra una modesta jubilación, pero lo hizo de corazón. Con su fuerza, con su mente, compartió las cosas buenas que ella tenía. Siempre se queda unos minutos más luego de atenderse para charlar conmigo, a pesar de su edad, siempre tiene entusiasmo por aprender, ella sabe que en la vida uno nunca termina de aprender.

Ayer me contó Darío que fue con Carolina a la calle Avellaneda, donde venden ropa barata y siempre hay mucha gente. Le llamó la atención que nadie usara barbijo. Con la Fundación, fuimos a visitar a una persona a Longchamps que necesitaba ayuda y también vimos que había mucha gente que no usaba barbijo. A pesar de que el gobierno dispuso que el barbijo no es obligatorio, debemos seguir usándolo para nuestra protección y para los demás. La gente no se dá cuenta, pero cuando se usa el barbijo, disminuye los casos de alergias y gripes. Me pasa a mí en el consultorio que ya no viene tanta gente congestionada o con síntomas de alergias. El barbijo nos ayuda a prevenir enfermedades porque el aire cada vez es más sucio. En Taiwan no quieren utilizar energía nuclear para la generación de electricidad, utilizan carbón. La última vez que viajé a Taiwan quise practicar taichi a la mañana en el fondo de mi casa que hay un patio, pero tuve que volver al interior porque en el aire había mucha ceniza. Ahora mucha gente sufre de cáncer de pulmón. Por eso tenemos que seguir usando el barbijo para protegernos, más ahora que llega el invierno.

Es difícil que el virus desaparezca, siempre va a existir con diferentes mutaciones, tenemos que aprender a convivir con el virus, pero ¿de qué forma?, este punto es importante. Hay que conocer el origen del virus, el principio. Si la gente no cambia, el virus va a seguir existiendo. Debemos tener en cuenta que los contagios tienen su consecuencia a futuro sobre nuestra salud, no estamos sanos cien por ciento. No tenemos que aflojar, hay que cuidarse día a día.

Yo aprendí y crecí con preceptos, que ayudan a proteger nuestra mente, nuestro cuerpo. Los preceptos no deben ser complejos, a veces uno piensa que nos prohíben todo y no podemos hacer nada, pero no es así, deben ser sencillos que nos ayuden a convivir con nuestros semejantes, ser buenas personas. Si uno no acepta los preceptos, entonces debe vivir como un salvaje, vivir como quiere y haciendo lo que tiene ganas, sin importar las consecuencias. En nuestra vida debemos actuar para comparar qué cosas nos conviene y cuáles no.

El sábado anterior les conté que mi maestro llamó a su estilo de taichi “cuatro encadenamientos”. Yo estuve analizando y reflexionando sobre su significado y  me dí cuenta que practicando y haciendo bien los detalles pequeños, los movimientos se “encadenan” solos. Por eso pienso que es muy adecuado el nombre de nuestro estilo “Taichi de cadena”. Siempre agradezco a mi maestro por su inspiración. Por eso siempre les digo que cada movimiento, cada detalle hay que entenderlos bien, si no lo entendemos, tienen que preguntar. Tenemos que estar consciente de cómo afecta el movimiento en nuestro interior, la torsión y fuerza de los tendones, la apertura del sacro, que es muy difícil de hacerlo. Con nuestra mente, los nervios, la estructura de los huesos, los tendones, debemos aflojar para permitir el movimiento de nuestra columna, nuestra cervical, nuestras articulaciones. Todas las enfermedades tienen su origen en la espalda, en nuestra columna. Por eso en nuestros ejercicios no solo estiramos la columna, sino que giramos nuestra articulación y los tendones. Tenemos que prestar mucha atención cuando hacemos los ejercicios, así no perdemos tiempo, un minuto de práctica consciente es un minuto que hace su efecto, sanar en esta vida sirve para todas las vidas.

Si en esta vida no nos cuidamos en la próxima vida vamos a ser más propensos a enfermedades. Si cuidamos nuestra buena salud, en la próxima vida tendremos afinidad con otras personas que también harán lo mismo. En esta vida siempre escuchamos y aprendemos sobre como tener buena salud. Algunas personas no se cuidan, están cómodos y hacen lo que quieren, no escuchan o no entienden estas enseñanzas, dudan sobre su veracidad y no intentan un cambio, no le encuentran el sentido de cuidar su salud, hasta que llega el momento que sufren, se enferman y maldicen su mala suerte. Nosotros tenemos que encontrar el sentido de nuestra práctica, aceptar lo bueno, estar concentrados en la sensación, aplicar nuestros cinco sentidos. Nuestras acciones marcan nuestro futuro, en esta y en la próxima vida. Presten atención siempre lo que les enseño, escuchen, asimilen y practiquen. No dejen de aplicar lo que aprenden, no lo dejen todo para después, puede ser tarde. Tengan presente lo que les conté sobre mi paciente de 93 años, que nunca deja de aprender, toda la vida, hasta el último respiro.

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Resumen de la charla del Maestro Chao Piao Sheng del 18 de junio de 2022. Prohibida su reproducción sin autorización del autor.
Desgrabación: Sergio Arakaki.