–Quisiera contarles qué tan importante es nuestra práctica –dijo el Maestro–. Ayer, en el restaurante de la esquina de Arribeños y Olazábal, hablé con una compatriota mía. Ella era la dueña del restaurante, pero yo hacía mucho que no la veía. Me contó que tiene Alzheimer. Ella no hace ejercicios, no practica, no trabaja más, y miren qué rápido le surgió este problema. También depende del carácter de cada uno, si es muy dominante, si tiene tendencia a controlar a los demás, es más fácil que se de esta enfermedad.

Por eso siempre les digo que en nuestra práctica deben prestar atención a los detalles pequeños, deben ver cómo lograr que la mente trabaje en sintonía con el cuerpo. Alguna vez hablamos de que nuestro cerebro tiene muy diversas funciones y que debemos estimularlo para que no se atrofie. Y cuando una parte del cuerpo se atrofia, luego se atrofian otras, porque la energía circula por todo el cuerpo. Por eso siempre debemos hacer los ejercicios, para mantener equilibrado el funcionamiento de nuestro cuerpo, para que se mantenga correctamente la circulación de la sangre y de la energía.

¿Y con qué estimulamos a nuestro cerebro? Con los detalles pequeños y la observación de todo lo que nos rodea. Fíjense que lo que más usamos del cuerpo son los ojos, los oídos y la boca. La respiración funciona por sí sola todo el tiempo, así que es un tema aparte.  El Alzheimer se da por la falta de estimulación de los nervios cerebrales. Esta mujer es muy inteligente, sabe hacer de todo, pero al parar un poco las actividades le ocurrió esto. Fíjense en el hierro: si no se mantiene en funcionamiento, en tres o seis meses se oxida. Una vez que se oxida, si se lo quiere limpiar o pulir se necesita aplicar mucha fuerza. Lo mejor es todos los días hacer algo para que no llegue a oxidarse. De ahí la importancia de hacer los ejercicios diariamente. Además, cuando una persona tiene más edad, debe moverse y estimularse todavía más. Nuestro cuerpo es así, cualquier parte del mismo, si no se usa, se atrofia.

El viernes a la mañana me voy de viaje, por lo tanto hoy es el último día con ustedes en la plaza: durante los próximos tres meses no nos vamos a ver. Pero ustedes sigan practicando, manteniendo bien su cuerpo: no se oxiden. El otro día vimos rápidamente los nombres de los movimientos de la forma de taichi. Bueno, Andrés está preparando un texto donde van a quedar anotados los detalles de cada movimiento, con la intención de ayudar a todos en la forma. Ya hizo el de la primer parte, pero yo al verlo le pedí que realice algunas correcciones. En cuanto esté listo, se lo va a enviar a Eugenio para que luego lo distribuya a Gastón, Horacio y Darío, así cada grupo puede revisar los detalles. Así que no hay excusas, nadie puede decir «el Maestro no está, no sé los detalles, no puedo practicar». Yo de vez en cuando voy a enviar mensajes de WhatsApp al grupo para estimularlos. Pero ustedes deben practicar igual que siempre. Recuerden que con Taiwán hay una diferencia horaria de 11 horas.

En Taiwán voy a operarme de los párpados, porque están muy caídos y me tapan la visión. Cuando miro para abajo parece que estuviera durmiendo, ¿no? Quizá me agrandan tanto los ojos que voy a parecer un argentino, cuando vuelva no me van a reconocer (risas). Pero además debo ir porque, a causa de la pandemia, hace tres años y medio que no voy, y no quiero perder la residencia. Debo quedarme un mínimo de dos meses. Si pasaran cuatro años, debería ir y quedarme por lo menos seis meses. Voy a aprovechar también a pasar por el Vaticano, ya que Begonia (que antes trabajaba en el Consulado de Taiwán en Argentina) me invitó.

–Había leído que desde que Bergoglio asumió como Papa –dijo una alumna– el Vaticano le había propuesto a la Fundación Tzu Chi hacer un convenio de trabajo. ¿Sabe si se realizó?

–Sí, varias veces. La Fundación Tzu Chi siempre está en contacto con el Vaticano.

Volviendo al tema de los movimientos de la forma, traten de practicarlos en detalle y de entender cada uno de ellos. Si quedan dudas, a la vuelta les voy a explicar todo bien. Practiquen bien cada movimiento, esto es como una prueba para ustedes. Por ejemplo, el movimiento «Tomar la cola del pavo real», háganlo bien largo, no tan rápido y con suavidad. Estas explicaciones por un lado estimulan el cerebro, y por el otro ayudan a tener más interés en los ejercicios que realizamos. Con esta práctica se genera energía y se fortalece la mente.

Si es posible, en Taiwán voy a visitar la tumba del sukong, y a tomar algunas fotos que nos van a servir para la historia de nuestra escuela. En este viaje voy a estar menos tiempo en Taichung, voy a estar más en Hualien. Hay cierta distancia entre ambas, por lo tanto voy a ver si alguien me puede llevar.

¿Alguien quiere comentar algo?

–Yo hace veinte años atrás, cuando comencé a practicar taichi estilo Yang –comentó un alumno– aprendí la forma con el nombre en chino y la traducción de cada movimiento. Eso ayuda mucho para poder entender bien cómo es la forma.

–Es cierto –dijo el Maestro– por eso quiero que todos tengan este papel con los movimientos y su detalle, es como un ayuda memoria para realizar bien la forma.

En este espacio de charla de los sábados, les pido por favor que lean el libro y que comenten sobre detalles de la forma de taichi.

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Resumen de la charla del Maestro Chao Piao Sheng del 22 de octubre de 2022. Prohibida su reproducción sin autorización del autor.
Desgrabación: Andrés Coratella.