-Hoy, antes de venir a la plaza, recibì un mensaje de un compañero -dijo el Maestro-. Me avisó que estaba tomando muchos calmantes porque le dolía mucho la cabeza y la espalda. Le contestè que tendría que haberme avisado ayer, cuanto antes, ya que tener dolores mucho tiempo es peligroso. Él hizo cursos conmigo de acupuntura, taichi chuan y “Potenciar la mente”. Lo podía ayudar enseguida guiándolo, buscando el origen de tan fuertes dolores, demorar el tratamiento es muy peligroso.

Muchos alumnos no me llaman porque piensan que me están molestando, y no es así. Si me necesitan, me llaman, y yo los voy a ayudar. Si a uno le falta voluntad o piensa que siempre se las pueden arreglar solo, nunca puede recibir, es como una emisora de radio, si uno no la sintoniza, no puede recibir su señal.

Ustedes tienen que aprovechar mi voluntad de ayudarlos, y con la práctica, poco a poco, tienen que cambiar su carácter, su pensamiento, es para ser mejores en todos los aspectos, pero no debe ser mecánico, tiene que ser consciente, con la mente concentrada en la práctica y con la intención y voluntad de hacerla correctamente.

-Cuando practico siempre pienso que tengo enfrente a un enemigo, un oponente –dijo una alumna-, entonces ajusto los movimientos y el cuerpo, para que ser más eficiente en vencerlo.

-Si la mente piensa que no hay enemigos, entonces no los habrá, este es su gran poder. La mente se acomoda, se ajusta, se arregla sola. En el curso de “Potenciar la mente” les enseño que a veces una palabra puede producir un gran cambio en nosotros. La mente también tiene que ser flexible al cambio.

-Yo practico con fe, con responsabilidad y compromiso –dijo otra alumna-, con la creencia de que me sirve, con corazón, con el convencimiento de que lo puedo aplicar en todos los aspectos de la vida.

-Muy bien, es muy importante practicar con fe. Les voy a contar algo que ocurriò en varias oportunidades dentro de nuestra comunidad en la Fundación. Cuando en un matrimonio muere un integrante, el otro, en vez de lamentarse de que no va a poder seguir adelante, pone en su mente la voluntad de continuar y tratar de duplicar su esfuerzo y realizar las mismas acciones que hacían juntos. Piensa sólo en ayudar y no en la consecuencia que puede producir. Esto tiene gran efecto, lo importante es la voluntad.

Por eso yo siempre les digo palabras para estimularlos, despertarles la “gran” voluntad, devoción. A veces no sé cómo enseñarles algo, yo no soy perfecto, ustedes saben que vine a este país por mandato de mi maestro. Estando aquí ya soy otra persona, me produjo un gran cambio. En Taiwan era “tonto de práctica”, mi maestro me indicaba algo, y yo lo hacía, sin cuestionamientos ni dudas. Mis compañeros me decían que hiciera bien la práctica porque èl miraba desde diferentes lugares, todos los días vigilaba. Me dijo que podía hacer paizu, lo hice, y continué con la práctica. Cuando mi maestro falleció, luego de dos años, en un sueño me dijo que tenía que ir a otro lugar, que fue a la Argentina. Yo partì solamente porque me lo indicó mi Maestro, a pesar de las dudas de mi familia, siempre fui “tonto de práctica”, lo hago por devoción. A pesar de no conocer a nadie y no saber nada de este país, cuando llegué, siempre recibí ayuda para que no sea tan difícil establecerme.

Tuve pacientes, me ayudaron a conseguir consultorio y mi propio departamento para vivir. Me di cuenta de que, en todo el proceso, siempre recibí ayuda, por eso mi devoción. Siempre recibí inspiración, no tuve que buscar dónde aprender. Entonces, siempre es importante estar atentos a cada palabra, cada mensaje, y hacer las cosas con voluntad y paciencia. Tienen que aprovechar que estoy para enseñarles y ayudarlos, así les sirve para ser mejores personas durante toda la vida. Aprovechen el tiempo, porque no sabemos cuánto más voy a estar con ustedes, quizás mi Maestro me indique que ya tengo que volver.

Buda Shakyamuni compartìa su sabiduría con sus discípulos durante mucho tiempo, ellos pensaban que podía vivir casi eternamente, por lo tanto, no ponían dedicación para aprender, hasta que un día Buda decidió que era hora de irse, se puso a meditar y dejó su cuerpo físico. Todos sus discípulos se lamentaron por haber perdido la oportunidad.

Les voy a contar un cuento: la gente de un pueblo llevaron a otra isla la imagen de Bodhisatva Kwan Su Yin para que la conocieran, junto con un Sutra para que lo aprendieran. Kwan Su Yin se transformó en una bella mujer y todos los hombres deseaban casarse con ella. Entonces les propuso un desafío: iba a casarse con aquel que al día siguiente fuera capaz de recitar el mantra de memoria.

A la mañana siguiente pasaron los pretendientes, uno por uno, intentando sin éxito recitar el mantra correctamente. El último lo recitó completo y sin equivocaciones varias veces. Entonces la hermosa mujer no tuvo más remedio que casarse con él. Estando ya en la casa, la recién casada murió y el hombre la colocó en un ataúd, lo cerró y lloró de tristeza. En ese momento se le acercó un monje y le preguntó por qué lloraba. El hombre le explicó que su amada había fallecido, entonces el monje le dijo que abriera el cajón. Al hacerlo descubrió que el cuerpo ya no estaba. La anècdota es que Buda Shakyamuni utilizó esta estrategia para que todos aprendieran el Sutra, ya que, si los dejaba a que aprendieran solos, no lo iban a hacer.

Yo no los puedo obligar, cada uno tiene su modo de enseñar, por eso deben practicar mucho. Mi maestro me mandò a la Argentina ya preparado en las diferentes disciplinas, taichi, pakua, chi kong, hsing-i, acupuntura, para que cada uno tenga la oportunidad de aprenderlas. Con una buena práctica, ustedes van a tener un gran cambio, van a poder estar al servicio de otras personas, para enseñarles y ayudarles a mejorar su vida, van a lograr un gran mérito.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 18 de marzo de 2023. Prohibida su reproducción sin autorización del autor.
Desgrabación: Sergio Arakaki