-Ahora hay muchos casos de dengue -dijo el Maestro- y les quiero explicar cómo actuar en caso de picadura de mosquito. Lo mejor es,  apenas ocurrida la picadura, pegar sobre la piel cinta adhesiva (tipo scotch). De esta manera se evita que entre aire y en 1 o 2 horas ya no pica más. Para mantener las defensas altas recuerdo respirar correctamente y tomar agua caliente. El agua caliente es muy buen remedio, porque ayuda al metabolismo a elevar las defensas.

En mi libro “Vibrando en la Naturaleza” explico cómo cuando la Naturaleza da más un yuyo que otro es debido a que necesitamos de él. La Naturaleza nos brinda esa planta para nuestra protección. Por eso debemos observarla e investigar para qué sirven aquellas plantas que crecen en mayor cantidad. Pero mucha gente prefiere pensar “más caro es mejor” y pierde estos detalles tan importantes.

Ahora Andrés leerá un texto mío que tradujo al castellano:

Las seis combinaciones

Les he dicho repetidamente a los estudiantes avanzados de taichi chuan que practiquen bien sin demora todo el conjunto de movimientos de la forma. Si logran percibir el movimiento del chi al recorrer el cuerpo, y esa fascinante sensación al entrar en el corazón, sentirán que no pueden parar, y entonces seguirán practicando con perseverancia.

Durante la práctica, deben mover en conjunto y coordinar lo siguiente: 1) mente y vista, 2) codos y rodillas, 3) manos y pies, 4) hombros y cadera, 5) talones y muñecas, y 6) la intención y el chi. De esta manera, todo el cuerpo se integra y unifica, y a esto se lo llama «las seis combinaciones forman un solo cuerpo» (六合結為一體). Entonces lograrán que el chi siga los movimientos gradualmente, y que el sistema nervioso central esté conectado con la Naturaleza.

Continúen haciendo los movimientos en forma unificada y coherente, como indican las «seis combinaciones», y así el chi fluirá a través de las articulaciones de todo el cuerpo. Cuanto más tiempo practiquen de esta manera, el chi acumulado aumentará más y será más fuerte, y se almacenará automáticamente en el tantien, convirtiéndose en energía. Esa energía irá aumentando y haciéndose cada vez más fuerte, y entonces se producirá de manera natural un intercambio con la energía del universo, formándose un ciclo continuo de energía transformadora.

Junto con el cuidado de la conciencia y la comprensión de la forma en que se producen los cambios en la ecología y el clima, cuando sea necesario y las condiciones sean las adecuadas, será posible intervenir en alguna medida en el cuidado del mecanismo del chi de la Naturaleza.

Para decirlo claramente: cuando hay un desequilibrio en el clima, podemos utilizar el mecanismo de energía de nuestro pequeño universo (nuestro cuerpo) para ayudar a aliviar dicho desequilibrio. Si hay muchas personas practicando este tipo de ejercicio, definitivamente el efecto será mayor.

Por ejemplo, el año pasado, cuando se incendiaron campos de cultivo en la provincia de Corrientes, Claudia me preguntó si podía ayudar a apagar el fuego. Le dije que teníamos la misma idea, y le enseñé a apagar el fuego con gestos, mente, movimientos y pensamientos. Como resultado, al día siguiente solo quedaba un pequeño foco de incendio, y los bomberos rápidamente pudieron extinguirlo. Este es el efecto que se logra cuando la práctica se realiza uniendo mente y cuerpo.

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-Durante el tiempo en que estuve ausente de la plaza –dijo Sofía-, venían a mi memoria las frases y palabras del Maestro que me daban tranquilidad. Por eso decidí retomar las clases.

-Nuestro camino es importante para mejorar la vida -dijo el Maestro-. Es una práctica interna que utiliza el movimiento para sanar el cuerpo, la mente y mejorar el espíritu. Avanzamos con paciencia y voluntad, paso a paso. De esta manera no sólo nos vemos beneficiados nosotros sino que podemos ayudar a los demás.

Cuando trabajamos juntos es más fácil elevar el campo de energía. Por eso este grupo es tan importante.

—Resumen de la charla del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 15 de abril de 2023. Prohibida su reproducción sin autorización del autor.
Desgrabación: Federico Winniczuk