Cómo encontrar la esencia

Oct 1st, 2023 | By | Category: Charlas con el Maestro

―Antes que nada quisiera hacerles una pregunta ―dijo el Maestro―. ¿Cómo pueden encontrar la esencia de la práctica?

―Con la respiración ―dijo Soledad.

―Con la concentración ―dijo otro.

―Para adquirir bien la esencia ―dijo el Maestro― deben entender bien uno a uno los movimientos y ejercicios. Cada movimiento deben practicarlo mucho, hasta encontrar su esencia y fortalecerse bien, y luego avanzar al siguiente movimiento. Es como si tuvieran un diamante muy valioso. Imaginen que de pronto cae en el piso, en un lugar donde hay muchas hojas, ramas, etc. En ese caso es muy difícil encontrarlo, porque queda oculto entre tantos otros pequeños objetos. En cambio, si cae en un lugar limpio, que no tiene nada, es muy fácil verlo y encontrarlo. Eso mismo pasa con la esencia.

Por eso no hay que acumular ejercicios, movimientos y formas, por el solo hecho de conocerlos. Si hacen eso, les va a resultar muy difícil encontrar la esencia entre tantos movimientos. Por el contrario, deben partir del comienzo, de los primeros movimientos de la forma, e ir buscando su esencia ahí.

Una vez que entienden cómo encontrar la esencia, la práctica va a mejorar notablemente, y podrán llegar a lo que siempre les digo: «uno para todo», es decir, que van a poder aplicar esa esencia que aprendieron en muchísimos otros aspectos de la vida.

También quería hablarles de los movimientos de precalentamiento que hacemos siempre, los llamados movimientos de tao yin. Deben hacer cada uno de estos 24 movimientos con mucha concentración, tratando de encontrar la esencia: sintiendo los estiramientos, las distintas partes del movimiento, etc.

Ahora Angélica va a leerles un texto.

唐山的狐狸

El zorro de Tang-Shan

Cuando estaba en un viaje de negocios en Tang-Shan, un anciano me contó una historia relacionada con perdonar la vida, algo que él había vivido personalmente. El anciano me dijo que antes de 1976, era administrador de un embalse en Tang-Shan y que normalmente estaba solo en la sala de distribución de energía al lado del embalse. Dado que solía tener largas horas sin nada particular que hacer, comenzó a tomar afición por la pesca. Con el tiempo sus habilidades en dicha actividad mejoraron notablemente, y a menudo ocurría que no podía comer todos los peces que pescaba, por lo que los guardaba en un tanque grande que había colocado en la cocina, que era de construcción sencilla.

Una noche de principios de verano de 1976, antes de irse a dormir, escuchó un ruido en la cocina, por lo que tomó un arma y fue a ver qué estaba pasando. Resultó ser un zorro salvaje que había venido a robar peces para comer, pero que accidentalmente había caído dentro del tanque y no podía salir.

Recordando haber notado últimamente cada vez menos peces en el tanque, resolvió matar a ese molesto y desafortunado zorro. Sin embargo, cuando iluminó al zorro con una potente linterna y estaba a punto de dar el golpe fatal, vio que los ojos del animal expresaban un profundo miedo y que incluso estaban llenos de lágrimas. El corazón del hombre se ablandó por completo, y finalmente dejó en libertad al zorro salvaje. Después de este episodio, nunca más notó que faltaran peces en el tanque.

El hombre, suspirando, pensó: «El zorro es una criatura que comprende la naturaleza humana y tiene conciencia». Pero lo que más lo tomó por sorpresa y resultó ser profundamente emotivo fue que cuando repentinamente se desencadenó el terremoto de Tang-Shan, este zorro salvaje en realidad le salvó la vida.

Alrededor de las 3 de la madrugada del 28 de julio de 1976, mientras dormía, sintió un fuerte sonido de rasguños y quejidos, que terminaron despertándolo. Enseguida se dio cuenta de que se trataba del zorro, así que se levantó de la cama y abrió la puerta; el zorro salvaje lo miró ansiosamente y se puso a caminar en círculos, como si fuera un mudo con muchas cosas importantes para decir. El hombre pensó que tal vez el zorro no había encontrado nada para comer y que tendría hambre, y que por eso habría venido a pedirle ayuda. Sin embargo, justo cuando se disponía a volver a su casa con la idea de buscar algo de comer para darle, el zorro de repente mordió el cordón de su zapato y se lo arrancó con fuerza. El hombre tuvo entonces una premonición y siguió al zorro hasta el jardín. En ese preciso momento, junto con un gran estruendo, se desencadenó un terremoto de magnitud 7,8 que conmocionó al mundo entero, y la sala de distribución de energía donde él vivía se derrumbó instantáneamente… El zorro lo había salvado.

Hasta el día de hoy, el anciano lleva siempre en su corazón el recuerdo del zorro que él liberó y que luego vino a salvarlo. Dijo, lleno de emoción: «La tierra es una gran familia. La mayoría de los animales están estrechamente relacionados con los humanos. A pesar de que los animales no pueden hablar, tienen, sin embargo, la misma forma de pensar, y también tienen espiritualidad y conciencia…»

Desde que le ocurrió esto, el anciano nunca más volvió a pescar.

―Fíjense cómo este zorro, aunque era salvaje, supo agradecerle al hombre el hecho de perdonarle la vida ―dijo el Maestro―. Por eso no debemos matar animales. Y no solo no debemos matarlos: debemos cuidarlos. Ellos tienen alma y sentimientos. Cada uno, según su karma, puede volver a nacer como humano o como animal.

Les voy a contar algo que me ocurrió para que lo entiendan mejor. En los años 90 fuimos con mi esposa una vez al Barrio Chino, a un supermercado, porque teníamos que comprar algo. Al entrar vi que vendían tortugas vivas. Muchos las compran para sacarle la sangre y comerlas. Yo pregunté cuánto costaban, y me respondieron 45 dólares. Como les dije que las quería comprar a todas para liberarlas, me las cobraron a 40 dólares cada una. Entonces las llevé a la costa de Vicente López, pero un policía no me dejó acceder al río, me dijo que no se podía. Cuando le dije que quería liberar unas tortugas, accedió y me acompañó hasta el borde del río, donde las dejé libres. Empezaron a nadar y luego de un metro, giraron la cabeza y la subían y bajaban, en señal de agradecimiento. Ellas pudieron entender lo que ocurría, por más que no comprendían las palabras. Por eso debemos cuidar muy bien el ambiente, no solo los animales, sino también los vegetales. Cuando observamos los vegetales podemos descubrir muchas cosas. Darío puede comentarles algo al respecto.

―La hoja toma la luz solar, que genera movimiento y luego calor ―dijo Darío―. Al pensar en toda la vegetación que hay en el mundo, comprendemos que ese calor va hacia el interior de la tierra y llega al núcleo, y una de las cosas que permite es que de esa forma se mantenga siempre caliente y nunca se apague. Trasladando esta idea a nosotros, si estamos siempre quietos no hay movimiento y por ende tampoco hay calor, y entonces no crecemos ni nos desarrollamos. En cambio, si nos ejercitamos y practicamos, mejoramos nuestra salud, ya que se genera calor y energía, al igual que el planeta. A nosotros nos pasa lo mismo, solo que en pequeña escala.

―La vegetación es muy importante ―dijo el Maestro―. Si en nuestro planeta no hubiera vegetación, ¿qué pasaría? Ahora en Hawái hubo una erupción en un volcán, y salió lava. ¿De dónde viene tanta cantidad? ¿Dónde se produce ese magma?

Cuando la gente se pelea mucho, cuando hay mucho enojo, lo que se producen son terremotos. Hay que cuidar la naturaleza, que es muy completa. Ahora hay mucho desequilibrio, y el planeta se mueve mucho. En el año 2012 se cortaron muchos árboles en el Amazonas y yo dije que el planeta se iba a mover demasiado, pero nadie entendió ese mensaje. Ahora es aún más grave el problema ecológico. No es solo el problema de la vegetación, sino que la ciencia avanzó demasiado y arruinó mucho más el planeta entero.

Por todo esto, debemos cuidar más el planeta. Y la forma de hacerlo es empezar por uno mismo. En el curso de feng shui les conté que hay que derrochar menos. Por eso los monjes practican sin tener nada, o teniendo lo menos posible, para lograr la liberación. Por un lado, la mente se aquieta; por otro, se gasta menos. Hoy es muy grave la situación de nuestro planeta, por eso cada uno debe prestar atención y tratar de hacer su parte para cuidarlo.


Resumen de la charla del maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 23 de septiembre de 2023. Prohibida su reproducción sin autorización del autor.
Desgrabación: Andrés Coratella

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