Ser constante en la práctica

Feb 10th, 2024 | By | Category: Charlas con el Maestro

-Si durante 3 años se practica todos los días durante 10 minutos una misma técnica, el efecto es muy bueno -dijo el Maestro-. Además de esta manera cada vez crecerán las ganas de practicar, y sentiremos una linda sensación en el cuerpo.

-Así como en la práctica, a través de recitar el mantra también obtenemos una sensación de bienestar -dijo Darío-. Hace unos días evité una confrontación en la calle gracias al poder del mantra. Y recordé una frase que dijo una compañera “el mantra es como el shampoo para la mente, limpia la mente”.

-Al recitar el mantra con sonidos muy largos facilitamos el control mental -retomó el Maestro-.

Ahora Angélica leerá algo que escribí y que Andrés tradujo del chino.

經由練習改正自己的身體

Corregir nuestro cuerpo a través de la práctica

Hay que entender que debemos corregir el cuerpo, no la forma. La forma ya está definida, tanto la forma de pakua, como la de tai-chi o la de hsing-i. La forma es una, pero, sin embargo, la práctica de la forma de cada uno es diferente, porque no todos realizan los movimientos correctamente. Por eso digo que hay que corregir el cuerpo, y no la forma. Hay que corregir primero la mente, para aceptar el cambio y mejorar. Entonces, la mente y el cuerpo pueden trabajar unidos y así se puede llegar a entender cada movimiento de la forma. También nos permite comprender por qué los movimientos salen distintos a los de los demás compañeros, o a los del maestro, para así poder arreglar lo que haga falta.

Muchas veces los alumnos, durante la práctica, me muestran lo que practican y me preguntan «¿Ya estoy mejor? ¿Me sale bien el movimiento?». Frente a esto, lo que yo digo es: ¿por qué no se pregunta a uno mismo si el movimiento sale mejor? Hay que tratar de sentir el movimiento, ver si está resultando cómodo en las posturas y en los cambios, para ver si algo de lo que estamos haciendo va en contra de lo natural, y entonces corregirlo. Hay que preguntarse uno mismo si se está practicando de forma completa, si se está muy concentrado, si la mente y el cuerpo están verdaderamente unidos.

Podemos decir que a cada uno la forma le sale de una u otra manera de acuerdo al porcentaje de concentración que esté teniendo. Si uno está concentrado tan solo un 50%, seguro que la forma va a salir de cualquier manera, lejos de lo esperado. Con un 60%, va a salir algo mejor. Teniendo un 80% de concentración, ya se verá otro resultado, va a ser más parecido a la forma que queremos practicar. Si se está 100% concentrado, sale igual a la forma, y entonces se puede decir que uno aprendió.

Pero es importante que los movimientos realmente estén afianzados en uno mismo, y que siempre se mantenga ese nivel de concentración: hay que mantener siempre el 100% de concentración. Si no, un día parece que uno aprendió, pero unas semanas después se olvida y ya no se está en ese nivel. Esto ocurre por las malas costumbres, y esto es lo más difícil de corregir, ya que se necesita mucha práctica para lograrlo. Podemos compararlo con lo que ocurre en acupuntura: las enfermedades crónicas son las más difíciles de solucionar. Cuando hay un síntoma crónico, la energía y la sangre están muy estancadas, y por eso, por más que las tratemos, no podemos en pocas sesiones hacer que se libere la obstrucción y fluyan como deben, sino que hay que insistir, y poco a poco se va solucionando. Me ha pasado también que con pacientes crónicos, al tratar de destrabar la obstrucción de energía de una sola vez, no lo aguantaban, les parecía insoportable el dolor, y me pedían que lo hiciéramos en varias sesiones.

En nuestra práctica es igual: si llevamos mucho tiempo con malas costumbres, hay que aplicar mucho esfuerzo y muchas repeticiones para arreglar y corregir lo que está mal. Es necesario tener mucha paciencia, mucha concentración y una gran voluntad. Finalmente, todo depende de tener una fuerte voluntad de cambio. Por ejemplo, yo todos los días lucho para hacer algo nuevo, para ejercitarme. En una palabra: todos los días me planteo un nuevo desafío con mi propio cuerpo. Hay gente que dice «hoy no me quiero exigir mucho, quiero descansar». Yo, en cambio, practico siempre. Observo que mucha gente se esfuerza mucho en un momento, y se afloja después. En cambio, yo siempre practico y voy aumentando el esfuerzo muy poco cada día. Para verlo en un ejemplo concreto: si hoy podemos levantar un peso de 50 kg, no podemos pretender al otro día levantar 100 kg: seguro nos lastimaríamos. En cambio, si levantamos 51 o 52 kg, ya no hay problema, y así, de a poco, vamos mejorando.

A nuestro cuerpo lo debemos corregir, arreglar y estimular día tras día para fortalecernos. No debemos hacerlo de golpe, sino poco a poco cada día, y tampoco debemos aflojarlo del todo. Ya dijimos que no hay que aflojarse, sino relajarse. Mucha gente dice que se cansa o que se agita, y entonces no practica. La mente siempre busca excusas, por eso debemos plantearnos un desafío cada día, para poder avanzar paso a paso. Por todo esto es que yo siempre les digo que no me voy de vacaciones, donde todo es incómodo: en cambio, me quedo en casa, siguiendo las costumbres de todos los días, haciendo las tareas diarias. Eso me mantiene bien y me da mucha felicidad. Considero que esto es mucho mejor que irse de vacaciones. Por supuesto, a veces se puede ir a pasear un poco, pero si lleva mucho tiempo, hace que la práctica se corte y se retroceda. Eso no conviene. Me pasó algo así en mi último viaje a Taiwán, donde no podía practicar como debía en el lugar en el que estaba. Al volver, tuve que luchar mucho para recuperar el nivel de práctica que tenía, porque al haber cortado durante tanto tiempo, siempre algo se pierde.

Por eso, día a día hay que practicar, hay que concentrarse y esforzarse, y tratar siempre de mantener la mente y el cuerpo unidos.

—Resumen de la charla del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 3 de febrero de 2024. Prohibida su reproducción sin autorización del autor.
Desgrabación: Federico Winniczuk

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