Usar la imaginación
Mar 20th, 2024 | By Editor | Category: Charlas con el Maestro-Muchas veces veo que cuando empiezan a practicar pareciera que no saben nada, pero cuando al enojarse quieren pelear, las cosas le salen solas ¿No es cierto? –dijo el Maestro-. Porque cualquier aprendizaje o práctica requiere de la imaginación de lo que están haciendo. Por ejemplo, el levantar y arrojar la basura se parece a este ejercicio que hacemos (el Maestro lo muestra). Como los ejércitos cuando practican deben imaginar dónde está el enemigo. Nuestra práctica tiene que ser igual. La mente tiene que imaginar cómo se hace. Por ejemplo, la gente ve la imagen del santo o de Jesús. Si no ve la imagen no le realiza el saludo. Ellos sin embargo están, aunque no los veamos. Por eso uno los puede saludar en cualquier lugar y no solo en la Iglesia. Lo mismo sucede con Buda. Lo mismo sucede al recitar el mantra “Nan Mo A Mi Tuo Foo”. Uno debe imaginar que está en este lugar. Esta mañana vi en San Nicolás como viene el viento y la lluvia. Por eso nosotros podemos ayudar al recitar el mantra para disminuir el desastre. Cuando escuchan lluvias fuertes pueden rápidamente recitar el mantra.
Ahora Angélica va a leer un texto mío que Andrés Coratella tradujo del chino.
練習專心
Practicar la concentración
En general, la gente tiene muchas malas costumbres en relación con la movilidad del cuerpo. Por empezar, les falta concentración y no cumplen el principio que yo llamo tao wei, es decir, completar bien el movimiento hasta su punto justo. Entonces, muchas veces, giran o se mueven mal, e incluso llegan a caer al piso. Estas malas costumbres suelen ser muy difíciles de erradicar, ya que las personas las llevan haciendo durante años. Para corregirlas, hay que practicar y practicar mucho tiempo, hasta que la mente y el cuerpo puedan unirse.
Generalmente, las malas costumbres surgen por la falta de concentración. Si uno está concentrado, en seguida se da cuenta de cualquier movimiento que está mal hecho, o de que la postura es incorrecta, y la corrige en el momento. Por eso, lo primero que hay que hacer es practicar la concentración, tratando de mantenerla en todo momento; luego podrán unirse cuerpo y mente al hacer los ejercicios. Si se logra la técnica del shen faa, es decir, de utilizar el cuerpo completo al moverse, y si se la practica día a día, luego de tres años se adquirirá mucha fortaleza.
Lo más importante es eliminar la dispersión de la mente. Por ejemplo, en la meditación, lo ideal es enfocar la vista y la mente en un punto, y solo ocuparse de ese punto y de absolutamente nada más. Es parecido al ejercicio de la vela que enseño en el curso de Potenciar la Mente. Con esto se adquiere la concentración. Luego hay que pasar al cuerpo: practicar el equilibrio y el movimiento en conjunto del cuerpo con la mente, para que surja la energía. Practicando de esta manera durante al menos tres años, se obtiene un nivel muy alto. Hay personas que han practicado veinte, treinta o más años, pero no de esta manera. Esas personas pierden si se enfrentan a alguien que haya practicado tres años de manera totalmente concentrada. ¿Por qué ocurre esto? Porque las personas que practican todo por separado (movimiento por un lado, mente por el otro), aunque vayan fortaleciendo su cuerpo con la práctica, siempre pierden algo de energía. En cambio, el que practica todo junto, focalizado, como acabo de explicar, en cada sesión de práctica genera y acumula energía.
Hace poco dije en la plaza que si uno practica un único movimiento tan solo diez minutos, en tres años adquiere un alto nivel. Por ejemplo, ese movimiento que les he enseñado, el de empujar hacia adelante acompañando con todo el cuerpo (con los pies en ancho de hombros): si lo practican cuatrocientas veces diarias, eso les demandará alrededor de diez minutos. Durante el primer mes no se notan muchos cambios, pero luego de transcurrido ese lapso, uno se va sintiendo más fuerte. Después de tres años, la fortaleza generada es muy alta. Fíjense: con tan solo diez minutos diarios todo el beneficio que se obtiene. Pero hay que saber cómo aprovechar esos diez minutos.
En la plaza veo gente que ya practica desde hace cuatro o cinco años, y, sin embargo, todavía no realiza bien la primera parte de la forma. Esto ocurre porque no están del todo concentrados, no han arreglado del todo su mente y no han eliminado aún sus malas costumbres. Por eso, ojalá que luego de leer esto traten de unir su cuerpo y su mente para practicar bien y de manera efectiva. Yo quiero que todos mis alumnos utilicen el menor tiempo posible para obtener el mayor beneficio, aumentando la fe en uno mismo.
—-
¿Qué les parece? Si están muy concentrados diez minutos ya tendrán un gran efecto.
¿Se acuerdan que antes lo practicábamos cuando veníamos mas temprano? –dijo Angélica–. Un movimiento solo por varios minutos.
La mayoría quiere en un solo día muchos movimientos. Así la mente, energía y fuerza se dispersan. Una hora de práctica con diez movimientos permite realizar cada uno por seis minutos. En cambio, si se realiza solo un movimiento, se lo puede practicar por sesenta minutos. Cuan diferente es y qué correcto y fuerte puede salir ese único movimiento. Solo utilizando la matemática uno se da cuenta cuánto conviene.
¿Alguien quiere compartir algo?
-Me di cuenta de que mi hábito de respiración, al realizar Tai Chi o Chi Kong, era de una respiración de tipo superficial y alta –dijo Silvia-. O la respiración invertida, es decir inspiraba y metía la panza para adentro. Es un hábito difícil de cambiar. Notaba que era muy corta y me generaba debilidad. El camino fue muy largo. El Maestro me hizo acupuntura en un punto y eso llevo a que yo empezara a sentir esta parte baja del cuerpo. Comencé a practicar todos los ejercicios de Chi Kong tratando de respirar de esta forma y luego también acá en la plaza. Luego 15 días después, me hizo acupuntura en otro punto que liberó otra zona de mi cuerpo que estaba todo comprimido. Ahí me indicó que respire por el ombligo, desde esa zona. Esto ultimo fue el pasado miércoles. Realizo la forma de Chi Kong todos los días y entiendo que ahora si esto se puede convertir en un buen hábito. Respirando como me enseñó el Maestro ya sin toda esa zona del cuerpo contracturada. Tal vez lo que el Maestro quería que compartiera es la acupuntura, la práctica del Chi Kong y de la concentración, que es lo único que vengo realizando desde hace un mes. Primero me concentro en la respiración y luego viene todo lo otro. En mi vida cotidiana cada vez que detecto que mi respiración se vuelve alta, me sereno y la vuelvo a bajar. A lo mejor logro cambiar el habito que es muy difícil. Gracias Maestro por sus consejos.
-Silvia esta débil –dijo el Maestro-. Por eso si o si tiene que cambiar su respiración. Y le ayuda usar las pesas. No solo tomar aire con la fuerza del pulmón. Con las pesas seguro utilizara la fuerza del abdomen también.
-¿Puedo agregar algo, Maestro? –dijo Silvia-. Llegué diciéndole que estaba subiendo 16 kg con las pesas y que no podía hacer más porque me podía lastimar por unos problemas que tengo. El Maestro me dijo que si podía subir siguiendo sus consejos. Me fue agregando hasta 20 kg. Cuando hice el de 20 kg sentí la diferencia. Ese era el peso que necesitaba levantar para que el aire realmente entrara en todo el cuerpo.
-Hay que seguir subiendo la carga –dijo el Maestro–. Sin miedo. Solo la respiración más fuerte y así no tendrá problemas. Esto demuestra lo importante que es la respiración. Por eso primero concentrarse en ella en cada ejercicio. Hay gente que me dice “no puedo hacer fuerza porque me duele la zona lumbar”. No hay que tener miedo. Cuanto mayor miedo, peor es la respiración. La mente con miedo no puede unir todo el cuerpo. Hay que sacar el miedo y así unir el cuerpo. Con el cuerpo unido no hay problema. Al levantar algo hay que flexionar las rodillas y no la columna. Todo junto y al levantar el peso, inhalar.
Vamos a practicar.
—Resumen de la charla del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 9 de marzo de 2024. Prohibida su reproducción sin autorización del autor.
Desgrabación: Andrés Finkelstein