Mente sin codicia

Abr 25th, 2024 | By | Category: Charlas con el Maestro

A pedido del Maestro, nuestro compañero Eugenio leyó unos aforismos de Jing Si

“El viaje de las mil millas comienza con el primer paso”.
“Aun el sabio fue un ser humano como cualquier otro”.
“No subestimes tu capacidad, todos tenemos un potencial ilimitado “.

-La Fundación Tzu Chi, está organizando para dentro de dos meses, una visita a una escuela primaria –dijo el Maestro–. Y necesitamos voluntarios para adaptar estos aforismos, y que sean más didácticos y entendibles por estos niños y niñas del nivel primario, y, si pueden, nos organizamos para ir hasta la escuela para leerlos y explicarlos.

Luego de un intercambio de ideas, se definieron las personas para la tarea asignada.

-En la Fundación Tzu Chi, en Taiwán, tenemos institutos de enseñanza desde jardín de infantes hasta el nivel de doctorados, y a los niños y niñas, desde el inicio, les enseñan y explican estos aforismos, logrando un efecto muy positivo en su formación. Este método se aplica también para el resto de los niveles. Entonces probaremos si podemos aplicarlo aquí. Ahora Angélica leerá el texto de hoy.

走火入魔

Mala energía

Mucha gente solo piensa en practicar y practicar, sin considerar una cuestión muy importante: la disposición de la mente para aprender correctamente. Por ejemplo, al practicar artes marciales, como taichi chuan, pakua chang, hsing-i chuan, chi kong, hsi suei kong, o cualquier otra práctica, como la meditación: en todos los casos, la mente debe estar quieta, en calma, para poder concentrarse bien y aceptar la enseñanza que se recibe. Si la persona solamente quiere aprender rápido, se cree muy inteligente o muy experimentada, o piensa que ni bien le muestran un movimiento ya sabe hacerlo, entonces no aprende correctamente: por un lado, solo va a copiar movimientos, no va a alcanzar la esencia que se esconde en ellos; y, por otro lado, esa actitud muestra una gran codicia. Cuando esto ocurre, la mente pierde su buena energía, y es muy fácil que entre mala energía. Esto es así porque la mala energía aprovecha esos espacios vacíos. En cambio, cuando hay buena energía, esto no es posible. Por eso, en cualquier asunto, aprendizaje o práctica, es muy importante ir paso a paso, con concentración, respetando el orden para entender bien la teoría y hacer bien los detalles pequeños. En cada movimiento se tiene que aplicar el principio de tao wei, es decir, llegar hasta el lugar correcto, terminar bien la técnica. Si se practica de esta forma, sin codicia y sin pedir demasiado, los detalles pequeños saldrán bien. No solo va a salir mejor el ejercicio, sino que también va a ser más completo, la mente estará concentrada y el cuerpo, más sensible. Además, esto ayuda a mejorar la propia virtud de cada uno, entrenando la mente y mejorando la espiritualidad. En otras palabras, se va a lograr lo que siempre les digo: «uno para todo».

En cualquier asunto que se nos presente, si estamos apurados, seguramente no lo vamos a poder hacer bien. Por eso es muy importante tranquilizarse, y para hacerlo podemos tomar aire profundamente tres veces; por ejemplo, antes de practicar. En la forma de taichi chuan, los primeros movimientos que hacemos, donde acomodamos el cuerpo y su peso, sirven también para ese fin: aquietar la mente.

Les cuento todo esto porque he tenido algunos pacientes con problemas originados por lo que nosotros llamamos tsou huo ru mo, frase que se usa para indicar una obsesión, o el hecho de estar obsesionado con algo. También se utiliza en budismo y taoísmo para indicar los casos en que una persona se deja llevar erróneamente por imágenes o alucinaciones que pueden surgir al meditar. Básicamente, son casos en donde entra mala energía al cuerpo de la persona. Tuve un paciente así, a pesar de que practicaba tai chi, con sus movimientos tan lentos. También tuve otro caso: una persona que hacía meditación en un templo japonés. Luego de practicar durante seis meses en ese lugar, sentía que no podía avanzar muy bien. Entonces un amigo le dijo que eso no servía, que lo iba a llevar a otro lado donde iba a poder avanzar mucho más rápidamente. Así lo hizo, y al tiempo le entró mala energía, perdiendo prácticamente el juicio. Su caso era muy profundo y costaba mucho curarlo. Tuve también otra persona que meditaba desde hacía 26 años, pero tenía muchos problemas. Parecía que tenía mucha experiencia: practicaba media hora cada día. Yo le pregunté dónde practicaba últimamente, y me dijo que en la cocina. Al preguntarle qué sensación tenía, me dijo que se le hacía piel de gallina, pero que igual no paraba, sino que continuaba hasta que terminaba la media hora. Es ahí donde le entró la mala energía, sin haberse dado cuenta, a pesar de tener supuestamente mucha experiencia tras sus 26 años de práctica. Yo entonces lo ayudé a sacar esa mala energía.

Otro muchacho leyó un libro sobre digitopuntura de pakua. Hizo lo que decía el libro durante diez minutos, y comenzó a sentir energía en el abdomen, así que estaba muy contento. Un rato más tarde, luego de dos o tres horas, esa energía comenzó a subir por su cuerpo, y le empezó a costar respirar. Al día siguiente seguía costándole respirar, y finalmente me llamó por teléfono, para preguntarme si yo enseñaba la misma técnica. Yo le dije que no, pero que me contara qué le había pasado. Entonces me contó su caso y me dijo que estaba buscando a algún maestro de esa técnica específica para poder solucionar lo que le ocurría. Yo le dije que ese libro era importado y que seguramente acá no sería fácil encontrar a alguien que supiera los detalles, pero lo invité a que viniera al consultorio para ayudarlo. Primero se negó, diciendo que prefería seguir buscando, pero a las dos horas me llamó nuevamente diciéndome que iba a venir, porque ya casi no podía respirar. Entonces vino y lo traté para ayudarlo con este problema. Y aproveché para darle un consejo: no se puede aprender sin un maestro. Cualquier cosa que sea, si uno no entiende bien, puede llegar a ser peligroso. En el caso de él, la energía pasó a cualquier lugar de su cuerpo y no la podía controlar. Por eso siempre les explico a mis alumnos de chi kong cómo controlar la energía y la importancia de hacer los movimientos de terminación. En resumen, es muy importante aprender siempre con un maestro. Muchos me dicen que yo asusto a la gente al decir esto, pero es la verdad. Yo suelo responderles que, si no me quieren escuchar, está bien, pero que, si llegan a tener un problema, no me pidan luego que los ayude. Yo siempre trato de aconsejar para ayudar a la gente, pero es importante también saber escuchar y aceptar la experiencia de un maestro, que siempre va a transmitir lo que sabe para hacer el bien, nunca el mal.

-Este tema del ingreso de mala energía al cuerpo puede ocurrir en cualquier práctica y situación -continuó el Maestro-. Yo les enseñé en unos de nuestros retiros para meditar, que, cuando les viene una imagen que los distrae mientras están meditando, tienen que dejarla pasar, no prestarle atención, tienen que volver a concentrarse. Si se quedan con esa imagen, porque quizás es placentera, es el momento en que entra la mala energía y puede ser peligroso para su salud mental; se  pueden volver locos. La mala energía ingresa cuando en la mente tenemos codicia. Por esto para aprender, tenemos que seguir el orden correcto, no ser ambiciosos ni obsesivos en aprender rápido, saber aprender. Cuando comenzamos con los movimientos de taichi, primero hay que tranquilizarse, comenzar despacio, concentrarse, la mente tiene que manejar el equilibrio, tomar aire para que la mente quede más positiva y evitar así que entre mala energía.

Una alumna comentó que casi la engañan cobrándole de más en una caja del supermercado y por estar atenta, pudo evitarlo. El Maestro comentó que, por la complicación de la sociedad actual, debemos hacer siempre las cosas con concentración, paso a paso, teniendo en cuenta los detalles pequeños, no tenemos que estar distraídos.


Resumen de la charla del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 20 de abril de 2024. Prohibida su reproducción sin autorización del autor.
Desgrabación: Sergio Arakaki.

Deje su comentario