Enseñanza y práctica sin límite
Jul 24th, 2024 | By Editor | Category: Charlas con el Maestro-¿Vieron el video que les envié? -preguntó el Maestro, refiriéndose a un muchacho que tenía una sola pierna y bailaba de manera asombrosa-. Hay personas que dicen no poder trabajar ante cualquier dificultad, y ustedes vieron cómo el muchacho del video, con una sola pierna, tiene tanta fuerza para bailar. Uno no debe abandonarse ni negarse a realizar actividades con alguna discapacidad en el cuerpo, no hay límites para que podamos realizar algo, todo es posible, el único límite es la mente, por eso siempre hay que luchar, utilizar el cuerpo, practicar-
Ahora Angélica va a hacer la lectura de hoy:
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嚴肅教學
Enseñanza seria
Hace un tiempo me enteré de que un muchacho se había contactado con alguien porque le interesaba conocer nuestra escuela. Nunca me contactó, pero me enteré de que dijo: «Dicen que el Maestro Chao enseña de una manera muy seria, pero no sé bien cómo enseña, solo me dijeron que es muy serio». Ahora bien, ¿qué quiere decir ser serio en la enseñanza de las artes marciales? Significa que se enseñan las técnicas verdaderas, siguiendo el buen orden original de los antiguos maestros, sin cambiarlas o relajarlas. Naturalmente, sí pueden cambiarse para ser mejoradas, pero nunca para relajarlas o simplificarlas, y menos aún mezclar otras técnicas que no son las enseñadas por los maestros de nuestra escuela. Lo más importante es que los alumnos y discípulos entiendan bien las técnicas y puedan ver dónde está la verdadera esencia. Así, en el futuro van a poder explicar bien esas técnicas, van a poder transmitir correctamente el arte marcial, y nuestra escuela va a seguir manteniendo su nivel y su seriedad en la enseñanza.
Hay gente que aprende técnicas en una escuela, luego copia otras de otra escuela o de otros medios, y finalmente mezcla todo, declarando que esa es «su forma». Yo siempre les dije que el que copia, es que no entendió. La única manera de entender es practicar mucho, profundizar esa práctica al máximo para, finalmente, descubrir la esencia. Cuando uno llega a ese punto, naturalmente va a enseñar con seriedad. Una escuela debe enseñar seriamente; si no, ¿quién la va a respetar? Por eso, fíjense en mi maestro: su cara era muy seria. Cuando los periodistas querían acercarse y sacarle notas, no los dejaba, no le interesaba: no quería ser famoso, solo quería practicar seriamente. Yo ya he comentado hace tiempo, cuando Daniel Fresno escribía las charlas de los sábados: hay gente que rápidamente quiere hacerse famosa, pero así no puede profundizar en verdad su práctica. Por eso debemos enseñar seriamente, explicar cada técnica. Ya les conté la semana pasada sobre ese muchacho que quería aprender pakua, pero que, sin embargo, tan solo treinta repeticiones de una técnica le parecían mucho. ¿Saben por qué decidí que las primeras técnicas de chi kong hay que repetirlas mil veces? Practicando así, al principio se regula la mente, que suele estar muy dispersa. Una vez que se logra «cansar» la mente, recién ahí uno se puede concentrar verdaderamente en el ejercicio. Con solo cien repeticiones, no se llega todavía a controlar la mente. Es por eso que se debe practicar con seriedad y concentración. La concentración y la seriedad van de la mano, deben entender esto. Cuando hablamos de seriedad, no me refiero tan solo a una cara seria, ya que eso es algo externo: me refiero a una seriedad interna, donde la práctica es profunda y la enseñanza es verdadera. Con solo ser serio exteriormente no alcanza: lo importante siempre debe surgir del interior.
Todo esto tiene que ver con el hecho de no competir. Si uno siempre quiere probar las técnicas con otro, o saber su nivel, eso no es practicar seriamente. Siempre les digo: no hay límite en el nivel, no hay que pensar en eso. Recuerden: «tonto de práctica». Practicando así, se llega a un conocimiento profundo del arte marcial. Si uno lo que quiere es probar con otro, no aprende bien, y no ayuda, porque si gana, estimula la soberbia, y entonces, ¿qué puede profundizar? Por otro lado, si pierde, se desanima y puede llegar a dejar la práctica, o a practicar sin tanta devoción. Por eso, no hay que competir ni participar en torneos. Desde la provincia de Chubut me invitaron muchísimas veces, pero siempre decliné la invitación. Incluso si uno va a exhibir la forma, al obtener aplausos, en ese momento puede ser que se ponga contento, pero eso no es practicar seriamente. La práctica seria implica mantener el interior serio, y el cuerpo y la cara naturalmente acompañan esta seriedad. Significa estar siempre muy concentrado. Miren a los monjes, con su práctica seria, el alto nivel al que pueden llegar. Y a veces prueban a sus alumnos, para ver qué tanta devoción tienen. Eso a veces hace que los alumnos crean, erróneamente, que el maestro no los quiere. Yo también hice este tipo de pruebas con dos de mis discípulos, para ver si realmente habían alcanzado una alta devoción y un buen nivel, pero debo decir que, lamentablemente, el resultado fue negativo. Por eso, en la práctica, hay que entender qué significa la enseñanza y el aprendizaje serio. Cuando se enseña seriamente, el maestro no se guarda nunca ninguna técnica. ¿Se acuerdan de ese maestro que siempre se guardaba técnicas especiales, y que, para aprenderlas, había que pagar 2000 dólares por cada una de ellas? Eso, precisamente, no es enseñar con seriedad. Yo, por el contrario, les muestro todos los detalles, toda la esencia del arte marcial: lo importante es que ustedes estén receptivos para captar todo eso. No hay que hacer «compraventa» de técnicas, o sacar de aquí y de allá: hay que aprender bien. Y el maestro debe enseñar todo lo que sabe. Yo les enseño incluso más de lo que aprendí. ¿Por qué sucede esto? Porque entendí la esencia, y eso permite que, naturalmente, el conocimiento se amplíe más. Es lo que llamo «uno para todo». No en cualquier lugar se hablan estas palabras, pero son muy ciertas, y esto tiene que ver con la enseñanza seria, con la esencia de las verdaderas técnicas.
Yo los animo siempre a que me pregunten, sobre cualquier tema. Por el contrario, muchos maestros no quieren esto. Pero mi objetivo es enseñarles de verdad, quiero explicarles todas las técnicas. Yo no quiero guardarme ninguna técnica: si uno hace esto, ya no avanza más. Si, por el contrario, uno da todo, todo el tiempo, se vuelve más rico. Siempre les cuento acerca del barco que está sobre el agua: si sube el nivel del agua, sube también el barco. Siempre tenemos que avanzar todos juntos. Espero que estas palabras los estimulen a todos a tener este pensamiento para seguir adelante. Y que puedan aprovechar esta enseñanza seria, con esencia, para que siempre siga y nunca se termine.
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-Si cada Maestro se guarda algo, después de cien generaciones, ¿qué queda de esa técnica para enseñar? -continuó el Maestro-. No debe ser así, se debe explicar todo, con una cosa más que se explique, siempre es posible buscar algo más. Si se entendió la esencia, viene la inspiración y se encuentra algo más. Piensen en nuestro mundo cuando no había nada, ahora, por la creación del hombre, cada vez hay algo más. Nuestra técnica es igual, siempre sigue avanzando, y la única manera es practicando, concentrado, sin límites, sin limite de técnica, sin límite de ejercicios. Darìo siempre me pregunta sobre situaciones de lucha y yo le muestro cómo se utiliza nuestra técnica para cada situación, sin yo haberlo practicado ni pensar en cómo actuar, sale solo. Es por la sensación en el cuerpo y en la postura, la decisión es en el momento, no hay tiempo para pensar, tiene que salir natural, por eso es importante la práctica y el detalle pequeño, para tener sensibilidad. Si uno copia, se preocupa por memorizar la situación y el movimiento, no sirve.
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Resumen de la charla del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 20 de julio de 2024.
Prohibida su reproducción sin autorización del autor.
Desgrabación: Sergio Arakaki