Generosidad incondicional
Jul 4th, 2025 | By Editor | Category: Charlas con el Maestro―Muchas cosas que nos rodean son invisibles ―dijo el Maestro―. Sin ir más lejos, el aire que respiramos. Cuando no hay viento, pareciera que no hubiera aire, aunque, desde luego, el aire siempre está ahí. En nuestros ejercicios pasa lo mismo: muchos detalles no se ven tan fácilmente, son muy esquivos a la vista. Los grandes movimientos son fáciles de ver, pero hay muchos, muy pequeños, que, la mayoría de las veces, pueden pasar inadvertidos. Los detalles pequeños, a pesar de ser, como su nombre lo indica, pequeños, son muy potentes, de forma similar a lo que ocurre con la bomba nuclear.
Hay algunos compañeros de práctica que quieren comentar algo:
―El miércoles hicimos un ejercicio en una clase particular en el consultorio ―dijo Silvia―. Yo trataba de imitar lo que veía que el Maestro me mostraba, y estaba convencida de que lo estaba copiando fielmente, pero, sin embargo, el ejercicio no me salía bien. Después de varias consultas, el Maestro me indicó cuál era el problema: un detalle que me parecía menor y que me pasó totalmente desapercibido. Ese detalle pequeño era crucial para hacer bien el ejercicio.
―A mí me pasó algo parecido ―dijo Darío―. Efectivamente, los detalles pequeños cambiaron mi práctica y mejoraron mucho el resultado obtenido. Este tipo de práctica podemos compararlo con el acto de exprimir una naranja con la mano: al principio, sale mucho jugo, hasta que parece que no queda más. Sin embargo, si seguimos apretándola, veremos que, gota a gota, va saliendo más jugo. Algo así, creo yo, es lo que hacemos cuando pulimos nuestra práctica a través de los detalles pequeños. De todas formas, pienso que es difícil transmitir este concepto, por más comparaciones que hagamos: lo mejor es vivirlo y probarlo uno mismo.
Otra compañera de práctica comentó que recién hoy, luego de diez años de práctica, observó que el Maestro levantaba el talón en un movimiento particular.
―Por eso siempre les digo que se coloquen al costado o atrás mío ―dijo el Maestro―, variando de lugar cada vez, para poder observar mis movimientos desde distintos ángulos. Ahora Angélica va a leer el texto de hoy.
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今生不知情,來生受靈魂配對的緣
Ayudar sin esperar nada a cambio
Si ustedes ayudan a alguien en secreto y la persona que es ayudada no lo sabe, parecería, en principio, que esa ayuda carece de sentido. Pero esa es solo una forma superficial de considerar el asunto. Muchas veces la gente solo cree en lo que puede ver. Lo que no puede ver, en cambio, no lo tiene en cuenta. Sin embargo, quiero decirles a todos que cuando ayudan a alguien sin que esa persona sepa que fueron ustedes, y aun así siguen ayudando sin esperar nada a cambio, están llevando a cabo la forma de ayuda más significativa y con mayor mérito que existe, puesto que es desinteresada, no persigue ningún beneficio. Este amor desinteresado al ayudar a los demás se esparce por todo el universo, y muchas más almas lo sienten, generando así una conexión positiva y buenas afinidades.
Esto es lo que siempre les digo: hay que crear buena afinidad con los demás. Por ejemplo, cuando en nuestro grupo escuchamos que alguien está enfermo o ha sido hospitalizado para una cirugía, al enterarnos, recitamos el mantra para rezar por esa persona, deseándole bendiciones y alivio, para que se recupere pronto. Esta es una excelente oportunidad para formar buena afinidad con los demás. Espero que más personas se unan a este grupo de recitación de oraciones. Cuantas más personas reciten, más fuerte será la energía positiva, y mejores serán los resultados. No solo el grupo como tal recibe la energía del universo, sino que también se crean más conexiones positivas. Aunque ya exista buena afinidad dentro del grupo, cada persona conoce a diferentes individuos que también pueden beneficiarse. Aun cuando no haya una relación directa, las almas están conectadas. Y en la próxima vida, serán precisamente esas almas las que guiarán y formarán nuevas buenas afinidades.
Antes de que yo mencionara lo importante que es todo esto, ustedes ya me escuchaban y lo hacían con sinceridad, dando muestras de integridad y devoción, por lo cual el mérito es aún mayor. Aunque no piensen conscientemente en obtener mérito, igualmente les digo: de acuerdo a cómo actúen, así recibirán. Nada es en vano: ni el esfuerzo, ni el dinero, ni el tiempo que inviertan en ayudar. Por el contrario: hacer el bien es siempre lo correcto. Esta es una manifestación natural del amor y la bondad de nuestro grupo, y espero que se mantenga y se siga extendiendo cada vez más.
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―Nuestra alma está conectada con el universo ―dijo el Maestro―. Todas estas buenas acciones que hacemos de forma anónima, sin conocer a la persona por la cual estamos rezando, no van a caer en saco roto. La energía está constantemente circulando por el universo, y nosotros no podemos estar fuera de ese círculo: todo está relacionado, y lo que damos, tarde o temprano, vuelve a nosotros.
Por eso siempre les digo: hay que ser «tonto de práctica». Practicar sin esperar nada a cambio, sin codicia. Puede tardar más o tardar menos, pero el mérito siempre volverá a nosotros. Por esto mismo, no es necesario que me pregunten «Maestro, ¿qué tal está mi práctica?, ¿estoy mejor?». Siempre piensen «falta, falta mucho, necesito más concentración y paciencia». Si piensan así, tendrán el éxito asegurado. Este examen de la vida no lo califica ningún maestro, sino la propia Naturaleza, que es sabia y siempre hace lo correcto. Así, deben actuar de forma sincera, sin esperar nada.
Hoy vamos a practicar aplicaciones de técnicas. Recuerden el sentido del tai chi chuan. El carácter «tai» hace referencia a lo supremo, al gran universo, mientras que «chi» significa polo, los dos polos del planeta Tierra. En otras palabras, los polos, como en la electricidad, hacen que circule la energía. Entonces, practicando tai chi logramos cargarnos de energía y cambiar nuestra mente para ser más positivos, asociándonos por completo con la Naturaleza.
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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 28 de junio de 2025. Prohibida su reproducción sin autorización del autor.
Desgrabación: Andrés Coratella