-¿Usted subió al sitio de la Escuela algo de lo que hablamos en la jornada de meditación? –me preguntó el Maestro.

-Sí, hace unos días. ¿Por qué, Maestro?

-Varios alumnos me contaron que empezaron a hacer ayuno. Lo hicieron por su propia voluntad, no porque yo les haya dicho. Todos ellos se sienten muy bien y con más energía.

-Después de lo que usted dijo en la jornada de meditación, yo empecé a comer menos –dijo Angélica.

-Antes de comenzar un ayuno conviene aprender a manejar la energía. De esta manera el ayunante no se debilita, no siente que le falta nada y mantiene su vitalidad. No es lo mismo tener comida en la panza que tener energía en la panza. La sensación de estar lleno de energía es distinta a la de estar lleno de comida, con pesadez y ganas de dormir. Yo no le digo a la gente que haga ayuno, pero si alguien me dice que va a ayunar le aconsejo que primero aprenda a manejar la energía.

-Si uno no se siente preparado para ayunar, puede simplemente limitarse a comer fruta y beber agua por unos días, o un fin de semana. Eso ya lo va a hacer sentir mejor y esa sensación de bienestar lo va a estimular a intentarlo nuevamente más adelante. Al comer menos, la persona se siente más liviana y con ganas de hacer cosas. La actividad la recarga de energía, como el movimiento del motor recarga la batería del auto. Esto hace que uno se sienta contento y tenga una buena vida. La calidad de vida no depende de tener muchos bienes materiales, sino de estar liviano y con la menor carga posible. Con la comida pasa lo mismo que con los bienes materiales: no necesitamos tanto.

Al comer menos o hacer ayuno, uno también ahorra tiempo y dinero.

-Al comer menos, la persona aprende a controlar la codicia, que empieza por la boca. Si uno controla el deseo de comer mucho también puede controlar los otros tipos de codicia. De esta manera la persona se vuelve menos egoísta. Como ya les dije, estos cambios en la alimentación no hay que hacerlos de golpe, sino gradualmente.

-Es importante tomar agua ¿no? –dijo Luis.

-Si, dos o tres litros de agua por día, no más. El agua llena la panza y ayuda a sostener el ayuno. La mente es un factor fundamental al hacer un ayuno. Si la mente no está preparada, sobrevendrán los pensamientos tipo “me voy a debilitar”, “me faltan nutrientes”, “si no como me va a pasar algo grave”. Todo esto hace que la persona abandone el ayuno.

-¿A qué se refiere usted cuando habla de aprender a manejar la energía antes de ayunar? –preguntó Luis.

-Si uno sabe, cualquier ejercicio puede generar energía. Lo importante es unir el movimiento, con la mente y la respiración, todo al mismo tiempo y de manera continua.

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Resumen de las palabras del Maestro Chao Piao Sheng durante la clase del 22 de octubre de 2016. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin previa autorización del autor.